Aurora Fernández González, Doctora en Ciencias Técnicas. Foto: TTC.

La innovación va de la mano de la aplicación del conocimiento y de la ciencia; resulta de ellas. Para Cuba,  forma parte de una política que adquiere mayor dimensión tratándose de una nación pobre y bloqueada.

Hace poco más de un año, la constitución del Consejo Nacional de Innovación (CNI) fue otro paso en la materialización de lo que se ha asumido como un sistema de gestión del gobierno: la gestión gubernamental basada en ciencia e innovación como pilar de la estrategia económica y social cubana, para encontrar solución a los retos y desafíos que enfrenta la nación y asegurar el desarrollo sostenible. Así lo enunció el propio Presidente Miguel Díaz-Canel, artífice y promotor de esta política.

Los exitosos resultados del enfrentamiento de Cuba a la Covid-19, jalonados por los esfuerzos que unieron al conocimiento científico y el sistema nacional de salud, a convocatoria del Jefe de Estado, constituyeron una de las simientes de esa estrategia.

Desde entonces son regulares y frecuentes los encuentros del Presidente con los científicos y profesionales de la salud para analizar cómo marcha no solo ya el enfrentamiento a la pandemia sino, además, otros asuntos que tienen que ver con la salud de la población. A ello se han sumado reuniones habituales con los más diversos sectores de la vida social y económica del país y los miembros de la Academia de Ciencias de Cuba, empleo de expertos para el avance de las políticas públicas, además de reuniones mensuales con el CNI propiamente.

El Consejo Nacional de Innovación se constituyó en mayo de 2021 como parte de la cristalización de los esfuerzos liderados por Díaz-Canel y científicos cubanos para que los procesos de ciencia e innovación en el país sean más intersectoriales, interinstitucionales e interdisciplinarios.

«El CNI es un órgano asesor del Presidente de la República para encaminar el uso del conocimiento con vista a la solución de los problemas fundamentales del país, basados en la innovación», explica puntualmente, en entrevista con TTC, la Doctora en Ciencias Técnicas Aurora Fernández González, asesora del Ministro de Educación Superior y miembro del equipo ejecutivo del CNI.

Unos pocos países en el mundo, entre ellos Suecia, poseen Consejo Nacional de Innovación. «Estudiamos mucho la experiencia sueca, narra, y nos dimos cuenta que aquí podía ser útil un órgano asesor de ese tipo».

Veinticuatro personas integran el CNI, incluido el presidente Díaz-Canel (que es Doctor en Ciencias Técnicas y lo encabeza), su primer ministro y un vice primer ministro (la Máster en Ciencias y actualmente doctorante Inés María Chapman Waugh), junto a nueve titulares de carteras consideradas como «más innovadoras»; cinco académicos con experiencia y cinco empresarios exitosos.

El Consejo Nacional de Innovación cubano es una plataforma de discusión e intercambio de ideas y perspectivas entre especialistas del sector de la producción y los servicios, las universidades, las entidades de ciencia, tecnología e innovación y el gobierno. Allí se genera un diálogo entre iguales alrededor de temas clave para el país.

El equipo ejecutivo del Consejo analiza a priori los temas que se propondrán a debate. «Tratamos de invitar a personas conocedoras y que presenten ideas novedosas. No siempre tienen los mismos puntos de vista», detalla.

Hay una búsqueda previa de las fuentes que pueden proveer ese conocimiento, el contraste y debate de ideas.

Entre los invitados, por ejemplo, estuvo en febrero pasado la secretaria del Consejo de Innovación de Suecia, Sylvia Schwaag Serger. «Fue una experiencia muy provechosa».

«En el Consejo se han discutido asuntos tan importantes como las fuentes renovables de energía (FRE). La mayor parte de nuestra electricidad, más del 90 por ciento, se genera por termoeléctricas, que emplean combustibles fósiles; por demás, muy viejas, y cuyo mantenimiento cuesta muy caro», apunta.

Cuba tiene como objetivo transformar la matriz energética del país hacia una mayor participación de las fuentes renovables de energía y eficiencia energética. Foto: TTC.

«El propósito del país es tratar de ir incrementando las fuentes renovables de energía (FRE), y que en algún momento lleguen a constituir la mayor fuente de generación… Se está  trabajando de modo que para 2030, buena parte de la electricidad provenga de las FRE».

También se ha debatido acerca de la transformación digital, que es una etapa superior, un perfeccionamiento de la política de informatización de la sociedad en el país. «Se aprobó elaborar un programa-país para la transformación digital en Cuba y la Agenda Digital para el 2030».

Además, se ha analizado con particularidad, la transición digital aplicada al sistema nacional de salud.

El Consejo, abunda, de algún modo funge como un consejo técnico asesor para discutir y analizar los problemas.

«En cada uno de los temas que el CNI analiza, el Presidente ha indicado que se lleven propuestas de asuntos que van a impactar favorablemente en la vida de la población, en el ciudadano común.

«Nosotros pensamos que el CNI puede ser como una polea de transmisión para buscar y generalizar experiencias».

Buscar el conocimiento donde quiera que esté

La Dra Aurora Fernández es una profunda conocedora de estos temas. Además de fungir como asesora del Ministro de Educación Superior, participa como experta en comisiones gubernamentales en temas de educación superior, ciencia, tecnología y desarrollo territorial; coordina la red Gestión Universitaria del Conocimiento y la Innovación para el Desarrollo (GUCID) de ese ministerio, y dirige su Programa Sectorial de CTI «Educación superior y desarrollo sostenible».

Graduada como ingeniera industrial en la Universidad de La Habana, Aurora Fernández obtuvo el Doctorado en Ciencias Técnicas en la Universidad Politécnica de Poznan, Polonia, y es Profesora Titular y Profesora Emérito de la Universidad Tecnológica de la Habana José A. Echeverría. Foto: TTC.

Entre sus diversas responsabilidades destaca también su labor como miembro de la Cátedra cubana e iberoamericana CTS+I (Conocimiento, innovación y desarrollo) de la Universidad de La Habana.

Ha sido viceministra del Ministerio de Educación Superior a cargo de las actividades de Posgrado, Ciencia, Tecnología e Innovación, asesora de ese ministerio, así como vicepresidenta de su Consejo Técnico Asesor de la Ciencia y Técnica.

«La innovación no es más que el uso del conocimiento para resolver un problema, y ha estado muy minimizada», afirma cuando TTC inquiere en torno al concepto.

Feria de Innovación durante el XIII Congreso Universidad 2022. Foto: TTC.

No siempre, cuenta, la aplicación de los resultados investigativos y la búsqueda del conocimiento han estado en primer plano pues, como ha ocurrido en muchos lugares del mundo, los organismos competentes se han dedicado más a la investigación científica que a la innovación. Sin embargo, «muchas de las investigaciones han terminado en una gaveta».

«Ahora estamos valorizando mucho, también, que no solo hace falta el conocimiento de los científicos y profesores. Por ejemplo, en la esfera de la agricultura es muy importante reunirse con los productores, y atender sus experiencias.

«El conocimiento puede estar lo mismo en un agricultor, en un ama de casa que diga qué frijol necesita una hora de cocción o aquel otro, media hora. El conocimiento hay que obtenerlo donde quiera que esté, sin soslayar, desde luego, lo científico. Las vacunas cubanas contra la COVID-19 no se hubieran logrado sin las investigaciones del Instituto Finlay; pero muchas cosas de la vida cotidiana están, sobre todo, vinculadas a procesos de aprendizaje, estrechamente vinculados a las tareas productivas.

—¿Pudiéramos decir que ciencia, innovación y conocimiento, constituyen la triada que está rigiendo hoy la gestión gubernamental en Cuba?

-Sí. El conocimiento incluye desde la alta ciencia hasta el conocimiento de un campesino… el conocimiento amplio. La ciencia va desde la alta ciencia hasta todo ese gran ámbito. Ciencia e innovación: porque los avances del conocimiento, si no los aplicas, no se convierten en innovación.

«Este sistema de gobierno se basa también en que Cuba tiene talento humano, tiene un pueblo muy preparado, con conocimiento, que en no pocas ocasiones no se utiliza todo lo que debe ser», valora.

«Innovación es un resultado de un conocimiento básico o de un conocimiento científico que tú aplicas para resolver un problema. Si no, la ciencia se queda en los grandes artículos científicos, en las revistas indexadas, en los premios de academia…

«El conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación constituyen insumos imprescindibles para avanzar en el proceso de desarrollo, a todos los niveles».

Ferromar

MÁS NOTICIAS

SUSCRÍBASE A NUESTRO BOLETÍN

ESTAMOS EN REDES SOCIALES