La recuperación de viajes y turismo es más lenta de lo que se desea, pero progresa establemente. Foto: Il Vagabiondo, en Unsplash

 Por Frank Martin

La reapertura del turismo mundial esperada para verano boreal en 2021 no solo ha tardado demasiado en aparecer, sino que, ya con el otoño muy cercano, esos pronósticos se debilitan y ya se habla más bien de una posposición para el   retorno de los “viejos buenos tiempos».

De acuerdo con expertos el más pesado lastre que carga la recuperación turística en estas caluroso verano son los repuntes de la pandemia cuando ya parecían en vías de control.

Las causas pueden ser diversas y según el lugar, pero las más comunes son la expansión de nuevas variantes del virus, en especial la muy peligrosa cepa Delta y la lentitud general del lanzamiento de las vacunas en los llamados países en desarrollo.

En países emisores turísticos universales tan importantes como Estados Unidos otro fenómeno ha surgido y es el de la «desconfianza» sin motivos lógicos de millones de personas hacia las vacunas.

Todo ello ha obligado tanto a importantes emisores como a destinos dependientes de la industria del ocio a cambiar o al menos ajustar sus planes ante las nuevas circunstancias.

Un análisis más técnico de la Organización Mundial de Turismo estimó este mes que durante el invierno pasado en el hemisferio occidental no se establecieron  las bases suficientemente sólidas para  lanzar una gran reapertura en el verano que ahora se acerca a su fin.

Un ejemplo fue el de China que impuso por demasiado tiempo límites estrictos tanto como mercado emisor de turismo como de receptor. El gigantesco país asiático es un decisivo emisor de turismo mundial.

Diarios como el Financial Times de Londres recordó que las economías emergentes dependientes del turismo que ya estaban luchando antes de la pandemia contra finanzas tensas y una deuda en aumento están aún sufriendo el costo de su segunda caída consecutiva en  la temporada de verano a medida que la propagación del coronavirus mantiene alejados a los visitantes.

Los datos de la OMT muestran que, durante los primeros cinco meses del año, los destinos mundiales registraron 147 millones de llegadas internacionales menos en comparación con el mismo período de 2020 y quedaron 460 millones por debajo que las del año pre-pandémico de 2019.

Pese a todo, la reapertura encuentra cifras mejores a las que aferrarse.

Las estadísticas oficiales de la OMT citaron un relativamente pequeño repunte en mayo.

La leve tendencia al alza surgió cuando algunos destinos comenzaron a aliviar las restricciones y la confianza de los consumidores aumentó ligeramente, de acuerdo con el estudio de la organización.

Cada vez más destinos decididos a mantener sus ingresos lo más altos posibles se están beneficiando además de los turistas nacionales o sea los que desean quedarse en las vacaciones en casa.

 Rusia y China apelaron a esa respuesta y obtuvieron un aumento en sus clientes. También se están beneficiando países como Brasil, Filipinas, Argentina y México.

«Es posible que esto no reemplace las ganancias en moneda extranjera para esos países, pero mantiene abiertos los hoteles y otros negocios y a los trabajadores empleados», comentó una fuente europea.

Tales respuestas no son consideradas como suficientes. Los análisis coinciden en que la recuperación no puede ser solamente en las economías avanzadas, sino que deben desplegarse a las naciones más dependientes del turismo internacional.

FM

Ferromar

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