Foto: cortesía Publicitur

Ciudad Maravilla, capital universal, urbe histórica y contemporánea a la vez, La Habana ya sobrepasa en dos años su medio milenio.

Para conmemorar la fecha se realizan variadas actividades en la ciudad, en un contexto marcado por la vuelta progresiva a la normalidad y a la presencialidad en las actividades culturales.

De gran relevancia ha sido entonces, el regreso de la tradicional vuelta a la ceiba emplazada en el Templete la víspera de este 16 noviembre, sitio que marca el nacimiento de la Villa de San Cristóbal de La Habana en el lejano 1519.

Resalta el programa de acciones que desarrolla la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCH), una estrategia que busca potenciar el enfoque patrimonial, artístico y social.

Uno de los eventos destacados en estos festejos es el Coloquio Internacional Gallego, antropología testimonial y cultura de la pobreza, que tendrá lugar entre el 16 y 17 de noviembre.

Varias instituciones vinculadas a la OHCH se unen a las celebraciones por el aniversario de la ciudad, tal es el caso del Centro a+ Espacios adolescentes, y Habana Espacios Creativos.

Igualmente, reabrirán importantes centros como las salas del Castillo de la Real Fuerza y el Museo del automóvil.

Conciertos, actividades para público infantil, exhibiciones, exposiciones de artes visuales, la inauguración de nuevos locales, presentaciones de novedades literarias, paneles y recorridos, son algunas de las propuestas a escoger en la celebración de este nuevo cumpleaños de La Habana, que llega acompañado de la reanimación de sus plazas y vida cultural.

Recientemente, La Habana ocupó el cuarto lugar en la categoría de «Ciudades más deseables (larga distancia)» en la lista de los Wanderlust Travel Awards 2021, que cada año la revista británica de viajes Wanderlust confecciona con las opiniones de sus más de dos mil lectores, quienes son considerados como apasionados de los viajes y expertos de la industria.

Historia habanera

Con motivo de los 500 años de la ciudad, su eterno historiador Eusebio Leal Spengler se refirió en varias ocasiones a los orígenes de la capital cubana.

El Templete, símbolo del nacimiento de la ciudad. Foto: TTC

“El nombre de La Habana ha sido motivo de muchas especulaciones. La más cierta y aproximada a la verdad es la carta de relación de Diego Velázquez al Rey en la que habla del Cacique Habaguanex”, relató.

Para varios historiadores Habana es y procede de Habaguanex y lo definen como tierra o señoríos de Habaguanex; pero el nombre con que se conocerá inicialmente será San Cristóbal, nominación que respondió al ritual establecido por los colonizadores según el cual cada villa fundada en la época tenía nombres españoles o con una mezcla de lengua española e indígena.

“En 1519 se producirá el encuentro entre los conquistadores encabezados por Hernán Cortés y el Emperador Moctezuma II, momento en que La Habana, según la arraigada tradición no documentada, se encontraba en el lugar junto al puerto de su mismo nombre”.

Afirma Eusebio Leal que el calco que se conserva de una de las lápidas encontradas en una columna de la Plaza de Armas da cuenta de que “en el año 1519, a la sombra del árbol –en alusión a la ceiba que simboliza el nacimiento de la villa– se fundó la ciudad”. El plano más antiguo que se conoce de la urbe –añade Leal– muestra en la Plaza a una ceiba, “no como un objeto anacrónico, sino como algo que está unido al conjunto monumental de La Habana”.

Comienza entonces la larga vida de una ciudad despierta, heterogénea, siempre de todos, símbolo marcado por el hecho de ser una de las ciudades más antiguas del continente americano.

Afirmó que “La Habana de 1519 no es solo la ceiba y la parte antigua. La Habana es hoy un todo histórico en sus barrios, en todos sus espacios, desde San Miguel del Padrón hasta 10 de Octubre, Cerro, Centro Habana, Plaza… en la actual división territorial formada por 15 municipios; pero se definen en ellos claramente regiones con una historia particular dentro de la unidad de la ciudad”.

La Habana en la cual se produce un crisol entre el conquistador y los conquistados. Caracoles tallados, ollas y otros instrumentos hallados en la Plaza de Armas, junto a El Templete, debajo del Palacio de Gobierno, dan fe de que “ellos están allí y son una gota de sangre que corre por nuestro torrente actual, con la sangre de la España diversa, de esa “indigenitud” tantas veces olvidada y también del África grande y diversa”. 

Subrayó Leal el legado de una ciudad que en su arquitectura recuerda el sur de España, el mundo árabe, el Norte de África, que va desde el pre-barroco, el Barroco, el Neo-clásico que se observa en El Templete, “en el eclecticismo de Centro Habana y otros espacios de la ciudad donde se cumple aquel principio de todos los estilos y ninguno”.

Explicó que su escudo exhibe tres castillos y una llave que significa el poder de la ciudad, su carácter de llave en el Golfo de México que comparte con el escudo de la República, la plata que significa su riqueza espiritual y el campo azul que representa su nobleza.

Con motivo de la celebración por los 500 de La Habana, resaltó Eusebio Leal que La Habana es también lo que ocurrió y ocurre dentro de ella: “es La Habana de la música, de los maestros y educadores (…) de la defensa de la Revolución, La Habana de las milicias, de los macheteros, de los trabajadores y constructores, La Habana de los artistas, La Habana de todos, esa es la que queremos conmemorar”.

Ferromar

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