Maylet: Una mujer de habanos

Por Yoanna Cervera

Maylet Uranga Hernández es una mujer de habanos, no es exagerado compararlo, con su elegancia, gusto refinado, carisma y especialmente su forma de degustar un puro cubano. La encontramos por estos días en un espacio muy cercano al stand principal del Festival Habanos 2024, donde recibió a amigos, empresarios y otros interesados en su proyecto «Café literario Uranga’s Colecciones».

Nuestro equipo TTC conversó con esa encantadora mujer a propósito de la cobertura especial en esta cita internacional.

P: ¿Cómo llegó el encuentro de Mailet con el habano? 

Maylet: «Un habano es un embajador nuestro ante el mundo, es nuestra identidad, es nuestro patrimonio, es el embajador nuestro ante el mundo… Eso es un glamour, eso es algo romántico. Lo disfruto desde pequeña por mi papá, mi familia es pinareña y en casa siempre se ha disfrutado el tabaco y sus esencias. Decir ‘¿quieres un tabaco?’, es como parte de un ritual familiar». 

P: ¿Incluso que las mujeres lo disfruten?  

«Sí, mi abuela fumaba tabaco y yo nunca lo hice. Ya cuando me casé, con mi esposo que era un gran fanático del mundo del habano empecé a consumirlo, yo digo siempre que fue un gran embajador de nuestro producto nacional. Entonces eso me llevó a disfrutarlo más, era un buen café cubano y un buen tabaco. Era la hora de la conversación, de ese encuentro nuestro, donde disfrutábamos de nuestra vida acompañados de un buen habano. Sería esa entonces el comienzo de mi historia en este mundo.

«El año 1994 marcaría una etapa importante en este sentido, recién graduada de diseño, en una librería anticuaria. No tenía que ver exactamente con mi mundo profesional pero me llevaría al mundo de los libros y ahí estuve 27 años. Luego tuve la posibilidad de trabajar de conjunto con la Oficina del Historiador y especialmente a la figura de Eusebio Leal, algo que también me llevó a coleccionar todo lo relacionado a esta cultura tabacalera, que también es decir aportar a la conservación del patrimonio nuestro. Yo digo que tengo dos grandes patrimonios, mis hijas y los libros. Entonces he andado en el coleccionismo hace unos 17 años, participando en estos eventos y cultivando aún más mi cultura en ese sentido.

El inicio de este 2024 sorprendió a esta fémina. Su nivel cultural, entrega y especialmente la admiración de quienes integran la asociación la convertirían en la primera presidenta de la vitolfilia cubana, desde su renacer como organización en 1986. Al decir de Maylet  representa actualmente a poco más de 200 personas, mayormente coleccionistas de varios territorios del país de provincias como Pinar del Río, Artemisa, la Habana y Camagüey. Las mujeres también encuentran espacio en este mundo, con una representación de unas cincuenta, y además otros jóvenes. 

«Pero ahora mismo estamos enfocados en que se conozca esta asociación y en aunar la mayor cantidad de personas que en el país comparten este interés por valorar y resguardar este patrimonio que son las vitolas, cajas, anillas, humidores, libros y todos esos objetos valiosos que lo distinguen. Hoy, gracias a quienes han atesorado estos elementos se ha enriquecido parte del patrimonio histórico cultural de nuestro país.

«Entonces me dedico actualmente por un lado a mi proyecto de desarrollo local Uranga’s Colecciones y por el otro, a todo lo relacionado con la Asociación Vitolfílica que es resguardar ese patrimonio de nuestra identidad, dónde se atesora la historia de un país».

Al referirse a la edición que concluye de Habanos 2024, Maylet comentó a TTC: «Está ha sido una edición excelente, regresamos este año con más viveza, lo he disfrutado con mis colegas y amigos. El habano es un arte, desde el momento que pones la semilla para cultivarlo, luego dándole forma con las manos y finalmente cuando lo llevas a los labios, entonces merece un espacio como este para enaltecer sus valores.

Ante lo que pudiera representar un falso estereotipo de una mujer fumando el tabaco, respondió: «no me gusta ver una mujer con cigarro, ni lo hago en todo espacio, creo que el habano debe consumirse en un espacio para eso. Me gustaría que las mujeres lo conocieran, y no recomiendo ninguna marca en particular porque para mí todas son buenas, pero bien vale la pena degustar nuestro tabaco, que es apostar por nuestra identidad y cubanía».

 

Ferromar

MÁS NOTICIAS

SUSCRÍBASE A NUESTRO BOLETÍN

ESTAMOS EN REDES SOCIALES