Ronera San José. Foto: Cortesía de Havana Club.

La Ronera San José inicia el nuevo año con la ilusión de una quinceañera. Desde el 2007 hasta la fecha, los retos han sido la regla y no  la excepción. La expansión de sus capacidades productivas ha sido clave en el crecimiento exponencial de una marca que se ha vuelto identidad de un país, Havana Club.

Los altos estándares de calidad y el espíritu innovador que prevalecen en esta fábrica, han sido el sello de garantía para un ron cubano, que llega hoy a consumidores de todo el mundo y se posiciona como la tercera marca de esa bebida a nivel internacional.  

En períodos tan excepcionales, marcados por el azote de la Covid-19 y el recrudecimiento de sanciones económicas, el colectivo de Ronera San José supo manejar las dificultades y  descubrió nuevas oportunidades para continuar produciendo Havana Club, sin interrupción.

En aras de garantizar la presencia y liderazgo de la marca, la Ronera continuó con buen paso un ambicioso plan de inversiones, orientado a ampliar sus capacidades productivas, con tecnologías de punta, sin renunciar a una tradición heredada hace siglo y medio, y enriquecida por los Maestros del Ron Cubano.

La instalación de nuevos laboratorios, naves de añejamiento, paneles solares, son muestra de esa ambición por crecer cada vez más, siempre de una manera sostenible e innovadora. 

Para el 2022, la casa de “El Ron de Cuba” proyecta confianza, con planes de mejoras en los sistemas de gestión, en la ampliación de capacidades de almacenamiento, añejamiento y fabricación.

La recertificación de todas las normas ISO, la vigilancia en materia de Seguridad y Salud del Trabajo, y el desarrollo de proyectos medioambientales, son otras de las tareas que, en paralelo con la capacitación necesaria, continuará haciendo de este centro una referencia a escala nacional e internacional. 

Los trabajadores de Ronera dieron lo mejor de sí, no solo en el cumplimiento de sus planes, sino también en acciones de apoyo a la comunidad, para preservar la mayor cantidad de vidas posibles en un escenario pandémico, que les tocó y afectó bien de cerca. La construcción de camas, porta-sueros y tanques de desecho donados a centros de aislamiento, fue solo una de las tantas iniciativas realizadas. También sobresalieron actividades sistemáticas de limpieza, chapea y obras de mantenimiento en el Hospital Psiquiátrico Crisanto Betancourt de Catalina de Güines y en el Asilo de Ancianos de San José de las Lajas.

Y no es posible celebrar estos 15 años, sin agradecer y reconocer el trabajo de la destilería Santa Cruz, hermana por naturaleza y donde nacen los rones blancos de Havana Club.  

De esta manera, la gran familia de Ronera San José brinda orgullosa, con la satisfacción de haber cumplido con sus metas, y de haberle puesto corazón a Cuba.

Ferromar

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