Dicen que no existe visita completa a La Habana si no se recorren minuciosamente sus cuatro plazas más emblemáticas. Es una verdad como un templo, pues cada una de ellas ha sido testigo del nacimiento y la evolución de una de las ciudades más bonitas del mundo.

Ubicadas en el centro mismo de la urbe que en el año 2016 se incluyó en la lista de “Ciudades Maravilla del Mundo”, las conocidas Plaza de Armas, Plaza San Francisco de Asís, Plaza Vieja y Plaza de la Catedral conforman un circuito de obligado tránsito para amantes de la historia y la cultura.

Plaza de Armas

En un extremo de la popular calle Obispo encontramos la Plaza de Armas.  Muchos la conocen también como “Plaza del Templete”, debido al nombre de uno de sus edificios -localizado en el lugar exacto de la fundación de la villa un 16 de noviembre, hace más de 500 años-.

La plaza debe su nombre a un ritual militar: aquí los soldados españoles formaban las tropas durante la colonia y presentaban sus armas ante la capitanía general. Esta rutina llevó a los pobladores a llamarla plaza de las armas, asumiendo su nombre actual.

Entre las joyas históricas de su entorno se hallan el Castillo de la Real Fuerza, una de las fortalezas coloniales protagonista en las batallas que precedieron a la toma de La Habana por los ingleses; y el antiguo Palacio de los Capitanes Generales, que desde 1902 hasta 1920, fungió como sede del Gobierno de la naciente República de Cuba y hoy alberga al Museo de la Ciudad.

Por su ambiente tranquilo y bohemio, premiado por la brisa del mar y una frondosa arboleda, este lugar es ideal para descansar luego de una caminata o leer al aire libre, especialmente los domingos cuando ocasionalmente se organizan exposiciones de libros antiguos, artesanía y otras manifestaciones culturales.

Plaza San Francisco de Asís

A solo un par de minutos de camino de la Plaza de Armas encontramos San Francisco de Asís, o la “Plaza de las Palomas”, sitio que resguarda edificios de gran valor patrimonial como la majestuosa Lonja del Comercio, la Iglesia y Convento de San Francisco de Asís o las estructuras de los hoteles Palacio Marqués de San Felipe y Santiago De Bejucal y Marqués de Cárdenas de Montehermoso.

Durante el día es un lugar muy concurrido, debido a su cercanía con la Avenida del Puerto y al gran número de familias que traen a sus hijos a jugar y alimentar a los pájaros que anidan en su fuente central. En las noches, las salas del convento se abren para ofrecer conciertos de música clásica con una variada programación durante todo el año.

Justo a la entrada de la iglesia, una estatua llama la atención del visitante, la estampa del Caballero de París, el famoso caminante que convirtió las calles de la Habana en su casa por la década de los 50s y hoy se recuerda como uno de los guardianes más fieles de la urbe.

Plaza Vieja

Con su colección de restaurantes, bares, tiendas y viviendas familiares, la Plaza Vieja se halla a solo unos metros de San Francisco de Asís.

Famosa por ser el escenario de espectáculos y proyectos culturales, la plaza da acceso al Planetario y a establecimientos gastronómicos muy demandados como la Cervecería -donde se destila la bebida a partir de la tradición austríaca- y el Café El Escorial -en el cual se muele y sirve café cubano de la mejor calidad-.

Esta es una zona muy visitada durante los fines de semana y días festivos.

Plaza de La Catedral

La cuarta y última en la lista es la Plaza de la Catedral, que toma su nombre de la iglesia que se erige en una de sus calles: la Santísima y Metropolitana Iglesia Catedral de La Habana, consagrada a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y sede episcopal de la Arquidiócesis de San Cristóbal de La Habana. Arquitectónicamente, el edificio es una gran muestra del estilo barroco con torres asimétricas, que cautivan visualmente a los visitantes.

La plaza da acceso al Callejón del Chorro, donde se concentran un grupo de restaurantes pequeños de gran atractivo como Doña Eutimia, famoso por sus auténticas recetas y valorización de platos de la cocina local.

A través de una de sus calles laterales se puede acceder a La Bodeguita del Medio: la casa del Mojito, uno de los tragos cubanos que ha dado la vuelta al mundo.

Las cuatro plazas están integradas en el ecosistema del Centro Histórico de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982 y devenido en un destino turístico cultural de referencia en América.

Si planeas viajar a La Habana muy pronto y todavía no sabes por dónde empezar tu exploración a la capital de todos los cubanos, sigue nuestra recomendación: ¡apúntate al “tour de las plazas” y vive la ciudad desde su historia! (Tomado del blog de Meliá Cuba)

Ferromar

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