Foto: cortesía Secretaría de Fomento Turístico de Yucatán (SEFOTUR)

Izamal es uno de los Pueblos Mágicos de Yucatán, uno de esos pueblos que parecen salidos de una novela de realismo mágico, no solo por el amarillo uniforme que viste cada una de sus fachadas del mismo tono cálido, sino por sus olores, por sus calles adoquinadas, y por la certeza de que se camina sobre vestigios mayas, coloniales, mestizos, como una síntesis palimpséstica de la americanidad.

Fundada a mediados del siglo XVI sobre los vestigios de una antigua ciudad maya, Izamal, antes de ser el pueblo amarillo e hipnótico que es hoy, era conocida como Ciudad de los Cerros, por las pirámides que en otros tiempos dibujaban sus contornos en el horizonte, hoy esbozado en arcos y tejados.

Los vecinos que hoy viven este pueblo, mantienen el amarillo de sus portales y la pulcritud de sus calles, como si de una dama presumida se tratara, y parece resultar. Izamal destaca entre las pequeñas urbes de Yucatán con un encanto propio, aderezado por los pregones de platos locales en la plaza principal.

La plaza Zamná, también llamada del mercado, se ubica al norte del Convento, en una suerte de bisagra entre el mundo práctico y el espacio contemplativo que en otros siglos habitaron los monjes franciscanos, quienes aportaron a este sitio su hálito cultural.

Su importancia llevó a que se edificaran desde muy temprano portales de peregrinos en su costado sur, anexo al Convento, y sobre al oriente un gran arco de acceso sobre el denominado Camino Real que comunica con Mérida, a apenas 72 kilómetros de esta ciudad.

Siendo un importante centro ceremonial de la región, en este lugar fueron erigidas siete pirámides y aunque los españoles respetaron algunos templos, utilizaron piedras de los antiguos edificios para dar vida a las nuevas construcciones. Por esos caprichos de la historia americana, quien pasee hoy por Izamal estará literalmente pisando sobre la roca gloriosa de los mayas, esa que dominaron también los colonos y conquistadores, habitaron los rezos franciscanos, y fueron testigos de amores criollos y cenas de empanadas en los portales que aún hoy puede degustar el paseante.

(Con información de Yucatán Travel)

Ferromar

MÁS NOTICIAS

SUSCRÍBASE A NUESTRO BOLETÍN

ESTAMOS EN REDES SOCIALES