Foto: Tyler Franta en Unsplash

América Latina solo percibió unos 105 mil 480 millones de dólares como inversión extranjera directa (IED), el menor registro desde 2010, revela un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).


En 2020, la región recibió unos 56 mil millones de dólares menos de IED, una contracción del 34,7 por ciento frente a 2019, cifra que marca un récord negativo de 10 años, un 51 por ciento inferior al máximo histórico negativo alcanzado en 2012, confirman los datos.

Desde el segundo semestre de 2010, se aprecia un estancamiento en las entradas de inversiones, ello infiere un debilitamiento del interés de las empresas por instalar nuevas capacidades o ampliar su presencia en la región, una tendencia agudizada con la irrupción de la pandemia, acota la Cepal.

Se necesita mayor aporte por parte de inversiones extranjeras para una recuperación sostenible , asegura la entidad, tras un año que golpeó fuertemente las economías regionales, con una caída del Producto Interno Bruto estimada en un 6,8 por ciento.

Pero, parece difícil que la IED pueda constituir ese factor de cambio para la recuperación en un área con graves crisis sanitarias, severas afectaciones en los servicios y una industria manufacturera estancada o en declive en los últimos años, reflexiona la Comisión en su estudio anual La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2021.

Las inversiones más golpeadas, ejemplifica, fueron en recursos naturales con una contracción del 47,9 por ciento frente a 2019, a ella le siguen las manufacturas con un retroceso del 37,8 y por último el sector de los servicios con una caída del 11 por ciento.

Por países, los más favorecidos con la IED en 2020 fueron las Bahamas, Barbados, Ecuador, Paraguay y México el segundo mayor receptor de la región después del Brasil que tuvo una pronunciada caída del 35,4 por ciento.

En otro orden, el texto de la Cepal resalta que en las relaciones económicas con China se deben elaborar políticas para asegurar inversiones del gigante asiático que contribuyan a: construir capacidades productivas en las naciones receptoras, establecer vínculos con proveedores locales, generar empleo y promover el desarrollo sostenible.

Igualmente, la Cepal considera que las estrategias de inversión en el ámbito digital deben incluir tres dimensiones: las economías conectada, digital y digitalizada.

Si bien la IED puede contribuir a la transformación digital en América Latina, reflexiona, de no considerarse las características estructurales de las economías la digitalización podría profundizar las brechas existentes y generar mayor exclusión e inequidad distributiva.

Para la Cepal el impulso a la sostenibilidad regional debe pasar por ocho sectores estratégicos, la transición hacia energías renovables; electromovilidad sostenible en ciudades; revolución digital inclusiva; industria manufacturera de la salud; bioeconomía; economías del cuidado y circular; así como el turismo sostenible.

(Con información de PL y Cepal)

Ferromar

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