Gobierno de Cuba propicia entorno más moderno, ágil y confiable para inversiones extranjeras

El Gobierno de Cuba anunció transformaciones sustanciales para atraer la inversión extranjera directa en el marco del VIII Foro de Inversiones que se realiza en la Feria Internacional de La Habana 2025.

Antes de referirse a las nuevas disposiciones, el titular de Comercio Exterior y Inversión Extranjera,Oscar Pérez-Oliva Fraga, evaluó como «diverso» el entramado económico cubano y especificó que en ese escenario el reto «está en lograr que ese tejido empresarial se articule de manera natural y que todos los actores de la economía participen y contribuyan a alcanzar los objetivos de desarrollo económico de nuestro país. Esa es una premisa que no podemos perder de vista».

Durante su exposición, el también viceprimer ministro destacó el papel de la inversión extranjera en la economía del país. «Actualmente Cuba cuenta con 376 negocios con capital extranjero procedentes de 40 países, 56 de los cuales están en la Zona Especial de Desarrollo Mariel».

Hasta la fecha en 2025 se han aprobado 32 nuevos negocios de 13 países, con un capital comprometido de 1.100 millones de dólares. Resaltó que 10 de estos 32 negocios fueron aprobados mediante nuevos procedimientos más simples y ágiles, gestionados directamente por titulares de organismos estatales.

Pérez- Oliva precisó que el objetivo de las transformaciones es lograr que todos los actores de la economía funcionen de manera armónica e integrada.

De acuerdo con el titular, el paquete de decisiones para dinamizar la inversión extranjera, no son medidas aisladas, sino parte del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía. Estas decisiones, que pronto se materializarán en nuevas normativas, están dirigidas a ampliar las capacidades operativas y a simplificar procedimientos.

En ese sentido será público un nuevo decreto que sustituirá al Decreto 325 (reglamento de la Ley 118) y se actualizarán la Resolución 21 y una resolución conjunta del MINCEX.

Las transformaciones buscan establecer un nuevo esquema diferenciado de funcionamiento para la inversión extranjera, que podrá operar, según sus necesidades, en moneda nacional y en divisas. Ello asociado al proceso de dolarización parcial de la economía y a la necesidad de que la inversión extranjera dirija su mirada a la obtención de fuentes de ingresos externos, ya sea exportando o en segmentos del mercado nacional que generen divisas.

Pérez-Oliva Fraga puso como ejemplo a empresas de capital mixto que, aplicando nuevas formas de hacer, han logrado los mejores resultados históricos. De ahí que el gobierno cubano apueste por extender esta experiencia para que la inversión extranjera funcione con mayor dinamismo, confianza y autonomía financiera. Mencionó el uso de otras variantes de comercialización, como el comercio electrónico, como fuente de divisas.

Otra modificación importante que se ha considerado es un cambio en el tratamiento de los negocios con capital extranjero en el plan de la economía. A partir de ahora, solo se considerarán los dividendos de la parte cubana y los ingresos en divisas de las entidades cubanas relacionadas, lo que supone un componente de mayor flexibilidad respecto a enfoques anteriores más restrictivos.

También se refirió a la opción, ya prevista en la legislación, de que las empresas establezcan cuentas bancarias en el exterior, una herramienta para complementar sus operaciones y flexibilizar las fuentes de ingresos en divisa, ayudándolas a enfrentar los efectos del bloqueo.

Confirmó que, como parte de este proceso de dolarización parcial, se establecerán en algunos sectores tarifas en divisas para bienes y servicios. Estas tarifas, afirmó, tendrán un enfoque más competitivo y más cercano a la realidad que las opciones actuales del mercado cambiario.

Lograr procesos «más simples, más ágiles y más transparentes de cara a los inversionistas extranjeros» es hoy una de las prioridades del Gobierno cubano para impulsar la inversión extranjera directa. 

Con ese objetivo se introduce un cambio trascendental: la eliminación del requisito de presentar un estudio de factibilidad para la aprobación de un nuevo negocio, que será sustituido por la presentación de un plan de negocio. Este plan, explicó, es una proyección de las expectativas que cifra el inversionista con su propuesta.

No obstante, «antes de iniciar cualquier relación de negocio, debemos tener la objetividad de que la propuesta se corresponda con los objetivos de desarrollo del país», subrayó.

Siguiendo esa misma premisa se mantendrá la exigencia de los documentos constitutivos de las compañías extranjeras y su certificación mercantil, peor solo se solicitarán documentos particulares adicionales cuando la modalidad de negocio lo requiera por motivos técnicos.

La vigencia de los avalúos de bienes estatales (como suelo o infraestructuras) se extiende a más de un año para evitar dilaciones por el vencimiento de estas valoraciones.

También se transforma el funcionamiento de la Comisión de Evaluación: el plazo para concluir un proceso se reduce de 15 a 7 días y  se aplicará el criterio de «silencio positivo», es decir, que si un organismo estatal no responde en el plazo previsto, se dará por hecho que está de acuerdo con la propuesta.

Sobre el sector turístico se refirió al arrendamiento de instalaciones hoteleras operativas a empresas extranjeras. Afirmó que «esta empresa se establecería de manera automática como inversionista extranjero en la modalidad de empresa de capital totalmente extranjero», con todos los beneficios de la Ley de Inversión Extranjera, incluyendo la facultad de comercio exterior. El objetivo es que, una vez adjudicado el contrato, la empresa pueda empezar a gestionar la instalación en un plazo de 60 días, evitando trámites tradicionales más lentos.

En relación con la fuerza de trabajo, la entidad empleadora podrá participar en la selección de sus recursos humanos, pero la decisión final de contratación la tomará el inversionista, ya sea de manera directa o a través de la entidad empleadora. «Pensamos que este es un cambio va a tener una acogida positiva por parte de ustedes», añadió. También se validó la posibilidad de pagar gratificaciones en divisa con cargo a las utilidades, mediante pagos bancarizados y siempre que la empresa genere ingresos externos.

En materia de facilidades operativas, el titular del Mincex dijo que «cualquier modalidad de inversión extranjera puede comercializar de forma mayorista sus productos y servicios a cualquier actor económico nacional que tenga capacidad de pago». Subrayó que «no existe ningún tipo de restricción (…) no hay ningún obstáculo, no hay nada que lo prohíba».

Los inversionistas extranjeros podrán acceder directamente y sin restricciones a la compra de combustible en divisas. En casos de indisponibilidad, se permitirá al inversionista importar directamente el combustible que requiera.

Otra novedad importante es la opción de poner a disposición de un inversionista extranjero activos nacionales o instalaciones productivas subutilizadas, para que este invierta, opere y obtenga ganancias, con la posibilidad de que, tras un tiempo acordado, la instalación revierta al Estado. El objetivo de esta decisión es que «los inversionistas extranjeros tengan la posibilidad de participar de manera más activa en la reactivación de la actividad productiva». 

El viceprimer ministro informó que se promueve activamente la participación de capital extranjero en el sector bancario y financiero, lo que podría impactar positivamente en el desarrollo general de la economía. También, se mantiene la decisión de crear «zonas especiales de desarrollo» que, sin necesariamente tener el alcance del Mariel, puedan ser áreas más pequeñas dedicadas a actividades específicas (como inmobiliaria o parques tecnológicos) con regímenes especiales más flexibles para estimular su desarrollo.

LA CARTERA DE OPORTUNIDADES PARA INVERTIR EN CUBA

Sobre la Cartera de oportunidades, Pérez – Oliva explicó la prioridad de incluir proyectos sostenibles, que puedan generar ingresos para funcionar de manera autónoma y que contribuyan al desarrollo del país. Aunque señaló que hay una reducción en el número de propuestas, con un total de 426 proyectos (365 de ellos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel), aclaró que «eso no quiere decir que haya una disminución del alcance» de esta herramienta, a la que consideró fundamental para orientar los intereses de los inversionistas extranjeros.

Detalló que esta cartera abarca proyectos por un monto de inversión estimada que supera los 30,000 millones de dólares y se distribuye en 13 sectores, entre los fundamentales «la producción de alimentos, la industria, el turismo y la energía». Precisó que, en el sector energético, la promoción se centra de manera intencionada en «la prospección y extracción petrolera» para la participación de capital extranjero, buscando fórmulas diferentes para la generación eléctrica que se adecúen a las capacidades de pago del país.

Los proyectos alcanzan todas las provincias del país, con al menos uno por territorio, e informó que 38 de estas propuestas surgen de iniciativas locales que buscan un impacto positivo en el desarrollo local.

Del total de proyectos, se realizó una selección de 83 considerados de prioridad más elevada.

El viceprimer ministro se refirió a la decisión del gobierno de implementar operaciones swap de manera selectiva. Enfatizó que «esto no es al barrer, no es hacer operaciones swap solo para pagar una deuda», sino que son operaciones que permiten una combinación de ordenar deudas, obtener acceso a nuevas fuentes financieras o el ingreso de divisas frescas al país. Subrayó que «estas operaciones, en todos los casos, tienen que estar vinculadas a negocios sostenibles que generen ingresos en divisa» con total garantía.

También anunció un impulso con una mirada novedosa hacia el desarrollo de negocios inmobiliarios donde la parte extranjera proporcione el financiamiento. Estos proyectos, que pueden ser residenciales, deben ser autosostenibles en divisas y cumplir con requisitos de protección patrimonial, eficiencia energética y uso de fuentes renovables. «Nosotros no podemos de manera irresponsable (…) generar inversiones que sean altas consumidoras de energía», argumentó, vinculando los proyectos a soluciones sostenibles.

Destacó que «todo negocio que esté enfocado a la producción de alimentos (…) nosotros lo vamos a valorar positivamente», dada la alta factura de importación de alimentos que podría reducirse con la producción nacional.

También propuso un nuevo enfoque de negocio hacia el sector del conocimiento, aprovechando el contexto demográfico y el alto nivel educativo de la población. Mencionó las capacidades en «biotecnología, en la industria farmacéutica y en otro frente» como un sector a promover intencionadamente mediante alianzas con inversionistas.

De acuerdo con el viceprimer ministro «ninguna de estas propuestas tiene contradicción alguna con la Constitución de la República de Cuba ni con los Lineamientos de la política económica y social del Partido de la Revolución, ni con la Conceptualización del modelo económico cubano».

Adelantó además que se trabaja en «la creación del marco regulatorio para el establecimiento de la inversión extranjera en alianza con el sector privado».

En cuanto a los cubanos residentes en el exterior, aclaró que «estamos apostando e incentivando la participación cada vez más creciente de los cubanos residentes en el exterior en nuestro desarrollo» y afirmó: «todas las cuestiones explicadas en esta presentación son aplicables tácitamente» a sus inversiones.

Ya en las conclusiones ratificó «el compromiso de las autoridades cubanas con la creación de un entorno más moderno, ágil y confiable para los inversionistas extranjeros», con alta transparencia, dinamismo y cumplimiento de las garantías legales. 

 

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