Especial TTC: las motivaciones del capital humano en el sector hotelero
Por: José Luis Perelló
El desarrollo acelerado de nuevos hoteles en todos los países del mundo, está enfrentando la necesidad de una fuerza laboral que en la mayoría de los desarrollos hoteleros resulta difícil captarla y retenerla en sus puestos de trabajo. Esto implica, que además de la planeación de la estructura y las modernidades de las instalaciones, es imprescindible dedicar tiempo en conocer las características de la futura fuerza laboral que dará servicio y vida a las nuevas instalaciones hoteleras.
Ante este escenario, resulta de interés tener en cuenta los estudios relacionados con las características de las nuevas generaciones, que serán las que formarán parte del capital humano del sector hotelero.
La generación Z está revolucionando las dinámicas laborales actuales a un ritmo que supera a cualquier otra generación. Su llegada al mercado laboral no ha sido fácil: sus primeros empleos llegaron marcados por la pandemia y el aislamiento del trabajo remoto, y su futuro depende de una tecnología que, por el momento, les está restando oportunidades de empleo.
Según datos recogidos por un estudio de “Randstad Professionals”, un 54 % de los encuestados de la generación Z afirma que rastrea el mercado laboral constantemente en busca de una nueva oportunidad profesional y el 33 % planea dejar su actual empleo en menos de un año. En buena parte, ese cambio no viene motivado por la promesa de mejores salarios, ni por deslealtad: lo hacen por seguir mejorando sus habilidades y convertirse en mejores profesionales.
Hasta mediados del siglo pasado era muy habitual que una persona empezara en un empleo cuando era joven y se mantuviera en la misma empresa durante toda su vida hasta la jubilación. En la actualidad ese escenario es muy improbable y, lo más habitual es cambiar de empleo cada cierto tiempo. El informe de Randstad apunta a que los jóvenes de la generación Z solo permanecen una media de 1,1 años en sus empleos, comparado con los 1,8 años de los millennials, los 2,8 años de la generación X y los 2,9 años de media de los boomers.
De acuerdo a “The Wall Street Journal”, el cambio de trabajo ya no garantiza mejoras salariales como sí lo hacía hace unos años, y la diferencia en aumento de sueldo entre quienes permanecen en sus puestos y quienes cambian de empleo. «A raíz de esto, la permanencia en el puesto se está reduciendo: los jóvenes trabajadores de hoy cambian de trabajo más rápido que cualquier generación anterior», explican los autores del informe.
Lejos de la imagen extendida de deslealtad, los datos recogidos por Randstad Professionals demuestran que las motivaciones de esa rotación laboral no es la falta de compromiso, sino la mejora de sus competencias y el deseo de progresar en su carrera profesional. Un 68 % declara que mantiene su compromiso con sus actuales empleos, pero sus valores no se encuentran alineados con los de las empresas que los contratan o no contribuye a su crecimiento profesional.
Solo el 56 % de los jóvenes encuestados afirma que su actual empleo se ajusta a sus necesidades, en comparación con el 63 % de los baby boomers. Además, el 40 % de la generación Z afirma tener en cuenta siempre sus objetivos profesionales a largo plazo a la hora de cambiar de empleo, lo que supone el porcentaje más elevado entre todas las generaciones que actualmente conviven en el mercado laboral.
A la habitual incertidumbre que rodea a todos los inicios de carrera profesional, la generación Z debe sumar la presión que está ejerciendo la IA sobre sus empleos, obligándoles a aprender en muy poco tiempo, para no quedar excluidos de un mercado laboral en el que todavía no tienen su espacio.
Eso está haciendo que muchos de estos jóvenes cambien de sector orientando sus carreras profesionales hacia empleos que no tengan un impacto tan directo de la IA. «La volatilidad económica, la disminución de las oportunidades de nivel inicial y el impacto de la IA en los perfiles de habilidades no han disminuido el apetito de la Generación Z por avanzar en sus trabajos», explican los autores del estudio de Randstad.
En opinión del Team Leader en Randstad Professionals, la clave para retenerlos son “motivación y formación”. Según el experto, «los Gen Z viven en una inmediatez constante y son mucho más osados. Es como la búsqueda de dopamina al usar las redes sociales y eso deriva en una ambición poco canalizada. En ese sentido, sí son mucho más impacientes que generaciones anteriores, que, por otro lado, eran demasiado cautos».
El experto de Randstad asegura que la fórmula para retenerlos es «afrontar esa osadía planteándoles planes de carrera y desarrollo muy bien parametrizados y que se les comunique con claridad». Según datos del informe elaborado por Randstad, el 30 % de los jóvenes aseguraba haber dejado su trabajo por la falta de oportunidades en la progresión profesional y dos de cada cinco confía en que su empleador invertirá en su aprendizaje continuo, especialmente en IA y tecnología.
Por otra parte, diversos estudios en psicología indican que valores como la responsabilidad y la autodisciplina presentan nuevas dinámicas debido a un contexto donde la transformación social y tecnológica impulsa cambios en la vinculación entre pares.
La personalidad de los jóvenes muestra modificaciones en algunos de sus rasgos principales, de acuerdo con investigaciones que analizan tendencias comparativas entre generaciones. El concepto tradicional del éxito ligado a la disciplina y la responsabilidad se encuentra en revisión, mientras nuevas evidencias sugieren una transformación en la conciencia, la constancia, la sociabilidad y el compromiso de la juventud actual, se advierten en los trabajos.
Durante décadas, la sociedad asoció valores como la disciplina y la responsabilidad con un desempeño laboral y vital exitoso. Una percepción cada vez más extendida señala que los jóvenes de hoy presentan mayor distracción y menos constancia, lo cual, según expertos en psicología, podría deberse a factores de origen social, ambiental y generacional.
Así, los datos señalan que tanto los comportamientos adquiridos como el contexto donde los jóvenes se desarrollan pueden influir negativamente en la maduración de su personalidad.
De acuerdo con información recopilada, muchos jóvenes expresan sentirse menos constantes, menos sociables y más desconfiados que las generaciones anteriores. Este fenómeno aparece con independencia de los hábitos individuales. Ante este escenario, algunos expertos consideran posible que se esté produciendo un cambio generalizado en los patrones de desarrollo de la personalidad.
Otro estudio analizó datos sobre la evolución de la personalidad antes, durante y después de la pandemia de COVID-19. Inicialmente, en 2020, el estudio observó aumentos leves en amabilidad y apertura, posiblemente en respuesta a gestos de solidaridad social. Con el tiempo, desde 2021 en adelante, se identificaron descensos drásticos en amabilidad, apertura y conciencia, junto con un aumento del neuroticismo fundamentalmente en adultos jóvenes.
Según los investigadores, el patrón evidencia que el estrés prolongado, el aislamiento social y las alteraciones en las rutinas propias de ese período contribuyeron a cambios en el desarrollo emocional y social de las personas.
El grupo más afectado resultó ser el de adultos jóvenes, quienes atravesaban un momento crucial para la formación de su identidad y la adquisición de hábitos duraderos. De acuerdo con especialistas, el presente de los adultos jóvenes se caracteriza por una mayor inestabilidad laboral y mayores dificultades para acceder a un nivel de vida más costoso.
A estos elementos se suma el avance de la tecnología, que desplazó muchas interacciones personales presenciales por comunicaciones digitales. El uso de pantallas y redes sociales incide en el desarrollo de habilidades como la constancia, la cooperación, la planificación, la resolución de conflictos, la interacción social directa y hasta la sensación de propósito vital.
Los estudios sugieren que las nuevas generaciones enfrentan un entorno que dificulta la consolidación de hábitos y valores tradicionalmente asociados al éxito o al bienestar personal. Este diagnóstico, apoyado en datos empíricos, invita a una reflexión sobre el impacto que los cambios sociales, tecnológicos y económicos ejercen en la personalidad.
La evidencia actual sostiene que las características personales de la juventud se modifican bajo el efecto de cambios estructurales, sociales y culturales. El desafío principal radica en comprender el alcance de estos cambios y desarrollar estrategias que apoyen a los jóvenes para adaptarse, sin sacrificar competencias necesarias en el ámbito personal y profesional.
MÁS NOTICIAS
The One Collection, otra estrella en la constelación de Gaviota
The One Collection, otra estrella en la constelación de Gaviota The One Collection se nombra el nuevo producto que el Grupo de Turismo Gaviota [...]
X Encuentro de Turismo Rural y Agroturismo: camino hacia la sostenibilidad y la innovación
X Encuentro de Turismo Rural y Agroturismo: camino hacia la sostenibilidad y la innovación Una nueva jornada del décimo encuentro de Turismo Rural y [...]
Cuba es el epicentro del diálogo internacional sobre turismo sostenible
Cuba es el epicentro del diálogo internacional sobre turismo sostenible Por Daily Pérez Guillén La Universidad de La Habana acoge la última sesión académica [...]
El turismo internacional aumenta un 5% en el primer semestre de 2025
El turismo internacional aumenta un 5 % en el primer semestre de 2025 La región de las Américas mostró un crecimiento del 3 % [...]
SUSCRÍBASE A NUESTRO BOLETÍN
TTC News
ESTAMOS EN REDES SOCIALES