Especial TTC: La Catedral de Sal, un atractivo turístico de naturaleza y cultura

Por: José Luis Perelló

La Catedral de Sal de Zipaquirá es la atracción principal del Parque Temático de la Sal y es considerada como uno de los logros arquitectónicos y artísticos más notables de la arquitectura colombiana. Su valor como patrimonio cultural, religioso y ambiental, radica en que en su interior se encuentra una rica colección artística, especialmente de esculturas de sal y mármol en un ambiente lleno de una profunda evocación religiosa que atrae al turismo nacional y foráneo.

La Catedral de Sal se encuentra a 49 kilómetros al norte de Bogotá y a una altitud de 2.652 msnm. La población no es sólo célebre por la explotación de la sal, sino también por uno de los hallazgos de restos humanos más antiguos de Colombia en el Valle de El Abra.

Los estudios realizados en el lugar por arqueólogos y geólogos han encontrado que la explotación de las minas data del siglo V y que corresponde a una de las principales actividades de la cultura Muisca en el Altiplano Cundiboyacense, área central de la Cordillera Oriental de los Andes colombianos. Los Muiscas fueron un pueblo indígena que habitó el altiplano al norte, hasta el Páramo de Sumapaz al sur, desde el siglo VI a.n.e.

La historia precolombina de los muiscas es en realidad pobre por la pérdida de mucho material que permita una reconstrucción detallada a causa de las guerras de conquista durante el siglo XVI. Todo lo que sabe es gracias a la tradición oral, las crónicas de los conquistadores y a las excavaciones arqueológicas avanzadas especialmente después de la Independencia.

Estas fueron realizadas en el área del altiplano cundiboyacense, y dejaron evidencias de una gran actividad humana en ese territorio a partir del periodo arcaico, es decir, hace más de 10.000 años, al inicio del Holoceno.

La antigüedad e importancia de las salinas de Zipaquirá fueron ampliamente referenciadas por el sabio Alexander von Humboldt  en la visita que este hizo al lugar en 1801. En su libro “Memoria razonada de las salinas de Zipaquirá”, Humboldt describe el objeto de su estudio, como científico y visionario como era, dejando apuntes de valor incuestionable. Al respecto, critica el modo en que se ha abierto la excavación, y señala que la manera como se hace será un inconveniente para su explotación en el futuro. Recomienda que “la explotación se efectúe por medio de galerías, como se hace en Europa, ya que las minas dedicadas a la explotación de sal gema no requieren de galerías apuntadas con madera, lo que las haría más costosas”.

El Parque de la Sal, con una superficie de 32 ha,  constituye una reserva natural única que contrasta con una de las actividades de explotación de los recursos que más altera los ecosistemas: la minería. Aunque la Catedral en sí misma llega a ser el principal atractivo, ella forma parte del complejo Parque temático de la Sal.

Es un recinto construido en el interior de las minas de sal de Zipaquirá, y en realidad se trata de un sitio turístico, y más como museo que como un verdadero templo religioso.

En el parque, los visitantes no sólo pueden admirar un encuentro sorprendente entre la delicadeza del arte con la rudeza de la explotación minera, sino también obtener una interesante lección de geología y de las maneras de conservar los recursos naturales paralelo al desarrollo de un país. De esta manera, el Parque, en unión con la Catedral de Sal, es objetivo del turismo nacional e internacional e interesa en particular al ecoturismo, al turismo religioso y a los amantes de las ciencias geológicas.

Los sitios más importantes del Parque de la Sal son: La Catedral y el Auditorio, El Museo de la Salmuera -construido en los tanques ya en desuso-, El Domo Salino, El Eje Sacro donde se encuentra la cruz, La Mina, El embalse, y el área de bosques.

La antigua catedral fue construida e inaugurada el 15 de agosto de 1953 en las antiguas galerías cavadas por los Muiscas varios siglos antes. En 1932, surgió la idea de construir una capilla subterránea producto de la devoción que los obreros demostraban antes de iniciar su jornada de trabajo. La mina poseía entonces cuatro niveles de excavación, cada uno de ellos con una extensión de 80 m. La Catedral Salina se situaba en el segundo nivel de la montaña.

La basílica tenía una longitud de 120 m, una superficie habitable de 5.500 m² y una altura de 22 m. En su interior había 6 columnas, cada una con una base de 80 m² y podía albergar 8.000 personas. Al fondo se podía contemplar una gran cruz de madera, iluminada desde su base y que proyectaba sobre el techo una sombra que simbolizaba a un Cristo con los brazos abiertos.

En la nave derecha se encontraban el coro y las estaciones del Viacrucis decoradas con grandes números romanos dorados. En el fondo de este espacio se ubicaba la capilla de la Virgen del Rosario, en cuyo altar labrado en roca estaba la imagen moldeada por el escultor Daniel Rodríguez Moreno. La representación que tiene una dimensión de 70 cm de altura aún permanece en la nueva Catedral.

La nave izquierda era llamada «El Nacimiento» y poseía una gruta que simbolizaba el nacimiento de Jesús en Belén; este espacio conducía al Bautisterio que estaba representado por una cascada, símbolo del bautismo de Jesús en el Río Jordán. El diseño y distribución de las naves estaba inspirado en la vida y obra de Jesús, y los misterios de su paso por la tierra, como el hijo de Dios.

La Catedral presentaba un aspecto majestuoso al visitante del cual era primordial el juego de efectos de la luz puestos de tal forma que crearan una atmósfera de símbolos proyectados en paredes y techos. Esta antigua Catedral fue cerrada en 1990 debido a la falta de seguridad para los visitantes y a fallas estructurales de la misma.

La Catedral actual se empezó a construir a 60 m por debajo de la Catedral antigua en 1991 a partir de la convocatoria a concurso de arquitectura con el fin de escoger el mejor diseño de la que sería la nueva “Catedral de Sal de Zipaquirá” en reemplazo de la antigua.

El proyecto seleccionado del arquitecto Roswell Garavito Pearl comprendió cambios estructurales en el túnel de ingreso, la cúpula y la sacristía. De esta manera se inauguró en diciembre de 1995. El diseño comprende las siguientes tres secciones principales:

  • El Viacrucis que es la puerta de ingreso al túnel, a lo largo del cual se encuentran las estaciones del Viacrucis
  • La Cúpula, la rampa de descenso y los balcones
  • Las naves de la Catedral: en donde se dividen las estructuras espaciales de la misma.

Una planta de energía eléctrica propia y una vía vehicular son parte del complejo de este monumento, además de una óptima infraestructura de servicios preparados para la atención y seguridad de los visitantes, peregrinos y turistas.

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