Por: Frank Martin

En la actual búsqueda incesante de la industria turística del Caribe por alcanzar nuevamente los niveles perdidos y superarlos, el agroturismo aparece como una opción muy apetecible. La solución sería una actividad turística diferente y, según los expertos, aún poco explotada.

El agroturismo relaciona la naturaleza, la agricultura, las formas de vida y las culturas rurales, la pesca con caña y la visita a lugares poco visitados; es decir, está muy ligado a las vacaciones.

Sin duda, una excelente oferta de esta modalidad es ofrecer un mundo vacacional tentadoramente tranquilo y -si está bien encaminado- un buen surtido de alimentos agradables y muy saludables.

No es una actividad que pueda considerarse masiva y por tanto ruidosa, eso suma 100 puntos de excelencia. La paz, la calma y la relajación reinan generalmente en las zonas rurales y agrícolas pues sus escenarios son pequeños pueblos donde no se vive con la rapidez de las grandes ciudades.

Un enfoque más comercial de este perfil es la capacidad de prestar servicios turísticos muy individualizados y con gran intimidad con la naturaleza. Esto lo ofrece muchas veces el vínculo que se forma con las zonas rurales, lamentablemente abandonadas en ciertas partes del mundo.

Actualmente el llamado “mercado de turismo agro-rural” global está conformado por regiones, países, empresas y otros segmentos. En el caso de las empresas está influido por grandes firmas dedicadas a los alimentos.

Las previsiones muestran que el mercado mundial del turismo agro rural seguirá aumentando hasta 2031. En América en general, con grandes espacios de naturaleza, la modalidad tiene un buen presente y un mejor futuro, según especialistas.

Por ejemplo, en los últimos años en el Caribe se ha reforzado el concepto de que la agricultura y el turismo son grandes aliados potenciales. Un nuevo mercado pondría a los pies de la industria turística productos de buena calidad a precios más bajos por la cercanía de los productores.

Una idea audaz es que la comercialización de alimentos cerca de hoteles y puertos de cruceros de lujo podría proporcionar recompensas adicionales a los destinos rurales con costas extensas.

Una vieja idea del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) es que el turismo es un pilar fundamental para las economías del Caribe. Esto se debe a que esta parte del mundo depende de los ingresos de las actividades turísticas más que cualquier otra parte del mundo. Y también que cuentan con paisajes naturales y grandes espacios rurales que quizás estén poco utilizados.

“El agroturismo ofrece al turista la oportunidad de tener un contacto directo con la naturaleza y conocer las actividades cotidianas de una comunidad rural. Es decir, permite vivir a fondo el campo, su gente, sus costumbres, sus cultivos, sus colores y sabores”, según una publicación caribeña.

“El agroturismo permite al productor compartir con los visitantes su forma de vida, su trabajo, su saber, su historia y su cultura, aspectos que el viajero moderno sabe apreciar cada vez más”, agregó.

¿Hacen falta más incentivos para impulsar el Agroturismo?

Ferromar

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