IATA ha alertado sobre la necesidad de una digitalización ágil para evitar la crisis de demoras en aeropuertos y fronteras en general. Foto: Rudy and Peter Skitterians en Pixabay

Por Frank Martin

Las polémicas que han generado los pasaportes de vacunación contra la Covid-19  se han tornado intensas  tras un descubrimiento: que un exceso de documentos como ese  puede causar caos en aeropuertos, terminales marítimas e incluso en fronteras terrestres.

 La alarma más persistente la emitió la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), entidad crucial en el campo del turismo mundial que hizo un llamamiento a «los gobiernos” a actuar «rápidamente» con el fin  adoptar procesos digitales que agilicen las inspecciones y trámites.

Un representante de IATA divulgó que antes de la funesta pandemia los pasajeros, en promedio, pasaban alrededor de 1,5 horas en los procesos de viaje para cada viaje.

Tales trámites incluyen check-in, revisión de seguridad, control de fronteras, trámites de aduanas y el reclamo y espera de equipaje.

Nuevos estudios reflejaron que tales procesos obligados por regulaciones podrían llegar a tres horas por viajero cuando en las fronteras se exijan permisos sanitarios vinculados al coronavirus.

En otras palabras, se multiplicarán de golpe las filas que esperan, los retrasos de salidas de aviones y otras secuelas que traerán  el caos.

No es una teoría. Ya está creciendo el número de exigencias de ese tipo en aeropuertos, instalaciones marítimas y fronteras por tierra a partir del interés de impedir las entradas de contagiados por la epidemia.

IATA afirma que la expansión del tiempo de espera está ocurriendo en trámites como el control de facturación y en las fronteras (emigración e inmigración), donde las credenciales de salud para viajes se verifican principalmente como documentos en papel.

Los pronósticos de demoras son cada vez más alarmantes.  Un estudio afirmó que los  procesos en aeropuertos exigirán pronto  5,5 horas por viaje.

«Nadie tolerará esas  horas de espera en el check-in  para los trámites fronterizos» estimó esa organización crucial para el tráfico aéreo mundial y propuso «automatizar la verificación de las vacunas y los certificados de prueba antes de que aumente el tráfico».

«Los gobiernos deben acordar estándares de certificados digitales y alinear los procesos para aceptarlos. Y deben actuar con rapidez”

Willie Walsh, director general de IATA.

Lo peor de todo es que esta secuela de la larga pandemia puede ser que desvanezca en gran parte o totalmente el gran avance de los llamados «autocontroles» de los pasajeros para agilizar precisamente estancias extenuantes de espera.

Y las reacciones adversas comienzan a enfriar el entusiasmo por la reapertura del turismo internacional.

Por ejemplo, las preocupaciones y polémicas han estallado al respecto en Estados Unidos donde ya se vacunó más del 50 % de la población, cifras millonarias de personas, una buena parte dispuesta a viajar y disipar el largo confinamiento.

Otra sugerencia es que las documentaciones como el pasaporte de vacunación no solo servirán para viajar sino para entrar en ciertos sitios de diversión entre otros los conciertos multitudinarios.

Además, están las peligrosas falsificaciones, muy riesgosas para el objetivo de terminar realmente con la pandemia.

La ya famosas «fake news» podrían ser sustituidas por identificaciones falsas de vacunación contra el virus.

Los especialistas creen que las consecuencias de la pandemia han sido tan funestas en contagios y muertes y además en el golpe a las economías naciones, que hacen inevitables tales trámites.

La solución podría estar en que un pasaporte de vacuna es una muy sencilla  prueba de que una persona ha sido inmunizada.

Por eso un héroe de este drama podrían ser los celulares inteligentes. Para quienes no tengan tal artefacto  un certificado impreso se ajustaría.

Las opiniones especializadas por todo el mundo subrayan que provoquen o no caos en el movimiento masivo de personas, tales documentos son tan necesarios que serán insustituibles.

Mientras se toman decisiones, las polémicas se van extendiendo. Ahora, además de la que existe en Estados Unidos, toman calor en Gran Bretaña y en la Unión Europea.

 Y la realidad es que todo el mundo tiene miedo de contagiarse. Ante esa posibilidad retroceden argumentos en contra, entre estos el derecho de las personas a la privacidad.

La siniestra Covid-19 ha demostrado que el derecho más fuerte en la actualidad es el de tener seguridad sanitaria individual.

Ferromar

MÁS NOTICIAS

SUSCRÍBASE A NUESTRO BOLETÍN

ESTAMOS EN REDES SOCIALES