por Frank Martín

Las previsiones mundiales globales para 2023 publicadas a finales de 2022 son, como era de esperar, crudas y siniestras teniendo en cuenta el año que se ha vivido.

Viejas profecías de cierto adivino, paradójicamente ya fallecido, ha augurado para el 2023 todo tipo de desastres globales como crisis humanitarias, ambientales y desafíos de supervivencia en guerra.

Pero sobre la industria turística mundial, las previsiones hablan de una recuperación moderada, de un avance paulatino, tal vez reflejando que el sector, a pesar de vientos y mareas, ha reaccionado bien y con esmerada inteligencia durante este terrible año «viejo».

El futuro del turismo es observado por los especialistas con mucha más esperanza que el global, aunque prime la cautela.

Una de las previsiones para el sector de los viajes de ocio es que el próximo año las cifras que se desplomaron por la pandemia en 2020 empiecen a igualarse a las de 2019 a partir de 2023.

Hay razones para creer esta y otras predicciones basadas en sistemas técnicos y científicos. Según un estudio, en la próxima década se crearán 126 millones de puestos de trabajo en la industria del ocio.

Esto supondría que en la década -que sería dorada- el turismo será el creador de uno de cada tres puestos de trabajo en el mundo para la próxima década, superando con creces la tasa de crecimiento del 2,7% prevista para la economía global.

Es real que la industria del turismo mundial se enfrenta a vientos y mareas cambiantes, pero para bien. No han dejado de surgir iniciativas, especialmente aquellas que hacen referencia a la movilidad de los viajeros y su voluntad de viajar por fin tras el confinamiento.

Los expertos afirman que en esta restauración prima la tecnología. La mayor movilidad del viajero y el avance de los medios digitales hacen que el mundo real se mezcle de alguna manera con el virtual como nunca antes en la historia.

La organización de la rama mundial de la tecnología ya comenzó hace mucho tiempo con métodos nuevos ya veces increíbles, aplicados en barcos, aviones, trenes, hoteles y otros lugares de alojamiento.

Habrá en la próxima década un aumento continuo en el número de países que fomentan las visitas con incentivos de diversa índole, incluidos los precios y una mejor organización general de la atención al turista.

Una noticia surgida hace pocos días del inicio de 2023 no solo da esperanza, sino que demuestra que el mundo quiere una apertura gradual y cuidadosa del turismo.

China, generadora de millones de turistas en tiempos normales, ha anunciado dos vuelos turísticos desde Shanghái y Pekín, un método que parece basarse en medidas muy graduales a modo de prueba.

Un anuncio de hace unas horas indica que China ya se prepara para emitir pasaportes ordinarios el próximo 8 de enero, coincidiendo con el levantamiento de la cuarentena para quienes ingresen al país.

Noticias de Italia, Japón y Taiwán sobre los preparativos para recibir viajeros chinos anuncian cuidadosos controles sobre las detecciones de Covid-19.

Todo parece indicar que cuando llegue el Año Nuevo chino, que en 2023 será el 22 de enero (del 21 al 27 de enero son festivos) habrá una reactivación del turismo universal, tanto interior como emisor, pero bajo las normas sanitarias que aseguren el futuro.

Ferromar

MÁS NOTICIAS

SUSCRÍBASE A NUESTRO BOLETÍN

ESTAMOS EN REDES SOCIALES