Foto: ©Oksana Mironova/123rf

Por Frank Martin

La industria mundial del turismo analiza los resultados de una encuesta encargada por la IATA según los cuales los viajeros de aviones están cada vez más «frustrados» con las severas restricciones para hacer sus viajes y al arribar a los países donde van.

El disgusto se debe a las fuertes restricciones, especialmente los cierres de fronteras y sus reglas que estiman como innecesarias.

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) divulgó que el 67 % de 4,700 viajeros entrevistados opinaron que no solo los cierres de fronteras son mortificantes sino que no lograron detener la expansión del coronavirus.

El estudio llevado a cabo sobre 11 mercados mundiales expuso que un 73%  de los interrogados estimaron que  su calidad de vida está sufriendo como resultado de las restricciones durante sus viajes.

El sondeo coincide con una tendencia creciente de países cuyas autoridades están tomando decisiones de reaperturas mientras que mantienen otras con nuevos reglamentos severos.

Un criterio de IATA que se apoya en los datos del sondeo es que las personas «extrañan la libertad de volar y de viajar y quieren que se restaure» sin trabas.

Análisis en torno a la encuesta  han originado mensajes de expertos a los gobiernos afirmando que  la COVID-19 no va a desaparecer y habrá que incluirla en una denominada nueva normalidad.

Willie Walsh, director general de IATA, dijo a la prensa que «debemos establecer una forma de gestionar sus riesgos mientras vivimos y viajamos normalmente».

Una medida que el 84 % de los entrevistados rechazó con más vehemencia es la de aplicar cuarentenas que estiman deben ser abolidas.

Una solución que el sondeo indicó como muy popular entre los encuestados es el de aplicar las campañas de inmunización efectivas que están en incremento en todo el mundo.

Pero los elogios a las vacunas no son absolutos.

Aunque el 80 % de los interrogados están de acuerdo en que las personas vacunadas deberían poder viajar libremente en avión, hubo fuertes opiniones en contra de hacer de la vacunación una condición obligatoria para viajar y proponen alternarlas con las pruebas PCR negativas.

Estudios de perfil psicológico indicaron que respuestas  como estas consideradas como paradójicas  quizá sean un reflejo de la frustración de los viajeros, que quieren viajar nuevamente de manera “libre”.

Según dijo Walsh la gente está dispuesta a hacerse la prueba, aunque tampoco gustan. de sus precios y de las molestias que acarrean.

Una respuesta sería una aceptación más amplia de las pruebas de antígenos por parte de los gobiernos.

Ello reduciría los inconvenientes y los costos que el Reglamento Sanitario Internacional de la Organización Mundial de la Salud estipula y que deben ser sufragados por los gobiernos.

Existe además una alta aceptación entre los viajeros de que se utilicen en los viajes las mascarillas faciales y otros métodos de protección.

Y todos se preguntan además cuando habrá control mundial sobre la pandemia.

Estudios diversos en especial en algunos países que lograron un control temprano de la epidemia, apuntan a que una combinación de medidas basadas en el número de casos surgidos en determinadas poblaciones y destinos llevan a crear soluciones más precisas.

Ferromar

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