Para estas modalidades, incluidas excursiones en catamaranes, y recorridos incluso desde la costa, el archipiélago cuenta con innumerables lugares y atractivos tal y como lo relatan este lunes guías de las compañías mencionadas.

A esos efectos, por tanto, el principal imperativo es conocer los escenarios más apropiados para aprovechar al máximo el bocear, o simplemente tomar imágenes submarinas.
La naturaleza virginal cubana tiene un encanto particular en el caso de los fondos marinos, de ahí que muchas personas lleguen a la isla interesadas en bucear o simplemente hacer snorkeling.

Por tanto, se impone recopilar las recomendaciones de los expertos en este sentido y apreciar los escenarios mejore valorados a esos efectos.
En la lista tenemos a la Isla de la Juventud, con Cayo Largo del Sur, en la porción suroccidental del archipiélago, María La Gorda, el litoral Norte habanero, Varadero, Península de Zapata, Santiago de Cuba, Norte de Camagüey, Holguín, Jardines del Rey y Jardines de la Reina.

El último será el primero, pues verdaderamente los Jardines de la Reina constituyen un lugar maravilloso y celebrado incluso por una buena parte de buzos profesionales que ya visitaron a Cuba.
En este sentido por tanto, los fondos cubanos muestran al visitante una posibilidad única de guardar recuerdos muy particulares.
Varios son los encuentros incluso de fotografía submarina que se organizan en distintos puntos de la costa y de la plataforma insular, aprovechando las bellezas bien conservadas, el clima y una infraestructura apropiada.

Esas bondades inclinan a las autoridades cubanas a promover el buceo y otras prácticas de este tipo, para en algún momento cercano que Cuba sea considerada un destino preferencial en materia de las inmersiones y observación de los fondos.
Muchos expertos en inmersiones llegan a la mayor ínsula antillana deseosos de disfrutar de sus recodos, de buscar sus fondos, dado el clima y la temperatura de las aguas, que aunque algunos buceadores las consideran un caldo por lo tórridas, para otros es una verdadera panacea.

Variedad en los puntos de descenso, hoteles cercanos a los lugares y a las marinas, guías apropiados con una correcta formación y calificación a nivel internacional, completan un panorama muy bien definido.
Un informe del Ministerio de Turismo (Mintur) de este país indicó en su momento la existencia de más de 500 zonas de buceo bien estudiadas en la ínsula, con paisajes submarinos, rincones exóticos, cuevas, paredes verticales y túneles.

También pueden encontrar los buceadores acantilados y canales con infinitas opciones para esta práctica, tanto diurna como nocturna. Sin embargo, el hundimiento de barcos de la flota española en épocas anteriores aún mantiene secretos por descubrir.
Los entendidos recomiendan para el buceo a la Isla de la Juventud y Cayo Largo; María la Gorda, en Pinar del Río; el litoral Norte habanero; Varadero y su parque artificial submarino.
También incluyen la Península de Zapata para el espeleobuceo; así como las áreas costeras de Cienfuegos, que exhibe entre sus maravillas el coral Notre Dame, de seis metros de altura.
Otros puntos de destaque están en la oriental Santiago de Cuba, con importantes barcos hundidos en sus profundidades; la costa norteña de Camagüey, Holguín y el polo de Jardines del Rey, y en cayería- Cayos Coco y Guillermo- al Norte de Ciego de Ávila.
También los seguidores del buceo pueden incursionar en la Villa de Trinidad, cuyas aguas poseen una visibilidad envidiable. Igualmente, por el Sur de la Isla Grande aparece un santuario marino: Los Jardines de la Reina, el sito preferido por los más aventureros.
Como ejemplos están las inmediaciones del oriental territorio santiaguero, a 900 kilómetros al este de La Habana, con numerosos pecios, testigos de la batalla naval y final de la Guerra hispano-cubano-norteamericana, en 1898.
Un millar de barcos fueron hundidos en estas aguas; entre ellos carabelas con los tesoros del nuevo mundo, víctimas de piratas y tempestades.
Este tipo de prácticas, enriquece el panorama recreativo de la isla e instruye de los métodos apropiados de apreciar las bellezas, sin dañar los fondos y preservando ese tipo de paisaje para el futuro.
Fuente: Prensa Latina