Convergencia pluricultural entre Cuba e Italia

Foto: 123rf

*Resumen de la conferencia “Por qué lo italiano en Cuba”, impartida por el profesor Jorge Luis Méndez, presidente de la Cátedra de Gastronomía y Turismo de Cuba, durante la primera semana de la Cocina Italiana en el país.

Desde que en 1492 un italiano descubrió la isla descrita en su diario como la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto, ambas naciones quedaron enlazadas indefinidamente.

Aunque lo hizo a nombre de la corona española, el genovés Cristóbal Colón, dio inicio a una larga y fructífera relación que, hasta hoy, abarca la historia, gastronomía, política, la cultura y dentro de esta última la cinematografía, literatura, artes plásticas, música, el arte en general.

Un municipio del occidente cubano se identifica especialmente con Italia: Mantua, en Pinar del Río. Allí la descendencia de esa nación es notable. Ya desde 1765 quedó abierta la Parroquia de Nuestra Señora de las Nieves, erigida, de acuerdo con la tradición oral, en el mismo lugar donde náufragos italianos levantaron su oratorio para venerar la imagen traída a bordo del bergantín siniestrado en el siglo XVII. Esta virgen se venera también en Roma, España e Hispanoamérica.

Cuba despertó igualmente el interés de otro italiano ilustre: Giuseppe Garibaldi, quien visitó La Habana de incógnito entre 1850 y 1851, tiempo en el que conoció a relevantes figuras de la cultura y la causa independentista, con la cual simpatizaba.

En ese sentido, el historiador Fernando Ortiz, resumió en su libro Los mambises italianos, la trayectoria de varios hombres que contribuyeron a la causa cubana por la separación de la metrópoli española.

Entre ellos destaca Juan Bautista Spotorno, Coronel del Ejército Libertador durante la Guerra de los Diez Años y presidente interino de la República en Armas, entre junio de 1875 y marzo de 1876.

Otro dato interesante es que fue el político y luchador comunista italiano Giancomo Feltrinelli quien dio inicio a la internacionalización de la famosa instantánea del Ché, tomada en 1960, luego de que su autor, el fotógrafo Korda, le entregara el negativo siete años después.

Música, artes plásticas, literatura y mucho más

Ambos países se entrelazan por las artes desde los inicios del siglo XIX. En 1834, el Ayuntamiento de La Habana contrata la primera compañía auténticamente italiana. Actúan en los teatros Principal y Diorama entre enero de ese año y julio de 1836.

El reconocido Teatro Tacón –inaugurado en 1838- utilizó en sus espectáculos la música de Donizetti, Bellini y Verdi.

Rápidamente se polariza el interés hacia este modo de hacer musical. Las bandas militares tocan fantasías de ópera, los aficionados al canto en las sociedades filarmónicas de La Habana, Santiago de Cuba y Puerto Príncipe, llenan sus estantes de partituras italianas, conseguidas, a veces, en el mismo año del estreno en Europa.

El libro Pasión cubana por Giuseppe Verdi, de Enrique Río Prado, refiere que la famosa cantante italiana Marietta Gazzaniga interpretó brillantemente La Traviata en ese mismo escenario, el 30 de enero 1858; y en Matanzas, el 13 de enero de 1859. Se asume que un repostero matancero obsequio a la distinguida visitante una panetela rectangular, de suave textura y apetitosas tonalidades amarillas, que con posterioridad de populariza en nuestro país como pan de gaceñigas

Otro ejemplo estuvo dado en la inauguración del Teatro Principal de Camagüey se escoge Norma, de Bellini; y, una década después, para homenajear a la insigne poetisa de esa tierra, Gertrudis Gómez de Avellaneda, se organiza una velada que concluye con el tercer acto de Hernani, de Verdi.

La literatura ha sido otro punto de contacto. Una de las obras italianas más conocidas internacionalmente, Corazón (1886), de Edmundo de Amicis, también ha sido publicada por editoriales de la Isla y constituye ejemplo paradigmático para los pedagogos criollos.

El destacado escritor y periodista Italo Calvino nació en La Habana, donde trabajaba su padre. Su vínculo con La Mayor de las Antillas marcó su creación literaria y su afiliación política.

Asimismo, varios escultores dejaron su impronta en la estatuaria cubana, principalmente en la capital: Doménico Boni, Salvatore Boeni, Giovanni Nicolini y Aldo Gamba, y Angelo Zanelli, este último autor de las estatuas La República, El Trabajo y La Virtud Tutelar, símbolos del Capitolio Nacional.

Quizás el sitio más internacional de Cuba, El Castillo de los Tres Reyes del Morro fue obra del ingeniero Juan Bautista Antonelli, quien continuó la labor de su padre Bautista Antonelli. A esta familia se debe igualmente el Castillo de La Punta, la Zanja Real, y el Castillo de San Pedro de la Roca, en Santiago de Cuba.

En la arquitectura resalta, además, el diseño de las Escuelas Nacionales de Arte por Ricardo Porro, Vittorio Garatti y Roberto Gottardi en la primera mitad de la década del 60 del siglo XX.

Justo en esa época llegó hasta el cine la influencia italiana. Los espectadores cubanos comenzaron a disfrutar de cintas icónicas del país europeo que, a su vez, influyó en los creadores locales.

En la cocina

El amor fraternal entre los dos países también entró por la cocina. Como en el resto del mundo se popularizaron para siempre las pastas y pizzas.

En 1959, existía apenas una decena de restaurantes italianos en Cuba, ubicados mayormente en La Habana; sin embargo, desde los inicios de la década de los 60, comenzaron a proliferar en todo el país.

Las recién comenzadas importaciones de alimentos propiciaron la entrada de grandes cantidades de harina de trigo. La producción nacional de alimentos incluyó desde entonces las pastas y salsas, como la conocida Vita Nuova. Asimismo, varios cocineros cubanos fueron enviados a Italia para ampliar su formación.

De manera que, cuando se habla de cocina, la italiana no puede faltar. La casi totalidad de los restaurantes buffet en hoteles cubanos poseen un espacio fijo para estas ofertas, y son más de un centenar los restaurantes especializados existentes en esas instalaciones.

Al mismo tiempo, usualmente los restaurantes especializados en cocina internacional incluyen varias ofertas de cocina italiana; y la mayoría de las áreas gastronómicas para restauración ligera incluyen pizzas y espaguetis como concepto de comidas rápidas.

Ferromar

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