Foto: ©mihtiander/123RF

Cada 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Ambiente, una fecha que apela crear conciencia sobre la importancia de cuidar y proteger nuestros recursos, pero hace falta mucho más que una fecha para renovar la manera tradicional de hacer las cosas, por eso cada vez más personas asumen un turismo responsable, tanto por parte de los negocios y destinos como por los propios clientes de instalaciones turísticas.

Los desplazamientos de millones de personas alrededor del mundo, y la propia inconsciencia de los turistas que dejan desperdicios allá donde van… todo juega en contra de una actividad tan antigua como la propia humanidad: viajar.

Sin embargo, tanto negocios como turistas pueden generar un impacto positivo en los destinos. Por eso, en las últimas décadas, el turismo sostenible ha empezado a ganar terreno. Las buenas prácticas en el turismo bio o ecológico, unidas a una mayor conciencia colectiva de la necesidad de preservación del ecosistema, han hecho posible que turismo y medio ambiente puedan caminar de la mano. Algunas de las ideas que compartimos son ya usuales para viajeros de todo el mundo:

Educar a los visitantes

El ecoturismo debe aprovechar su faceta didáctica para propagar su mensaje. El buen ejemplo de manejo de un hotel ecológico, es una buena estrategia, pero se puede aprovechar eso para enseñar a los visitantes cómo se pueden mejorar las cosas en sus lugares de origen.

Por ejemplo, no está de más que un hotel o restaurante recuerde de una u otra forma a sus clientes lo que implica para el medio ambiente tener que lavar cada día todas las sábanas, toallas o manteles. Hacer ver a los visitantes la posible huella ecológica que puede dejar su visita, puede ayudar a que abran los ojos.

Transporte limpio

Contemplar el medio para desplazarse a un destino y para moverse durante la estancia es fundamental para ser responsables con el Medio Ambiente. Los transportes de conducción eficiente ahorran energía, con reducidas o nulas emisiones contaminantes. Promoverlos en las instalaciones, en el caso de los negocios, o usarlos, en el caso de los clientes, puede hacer una gran diferencia.

Preferir locaciones verdes

A la hora de seleccionar el sitio de hospedaje, es importante investigar sus características y esfuerzos en temas ambientales, por ejemplo, si apoya la eliminación de envases plásticos de un solo uso, si se abastece de energía limpia o colabora en la protección de especies nativas.

En esos casos, involucrarse en iniciativas del destino es un buen paso por parte de los turistas. Los hoteles son una buena oportunidad relajarse y disfrutar de un destino, pero también para retribuir a la comunidad, pues disponen de iniciativas en pro del ambiente en la cuales los huéspedes se pueden involucrar.

Apoyar a productores locales

Comprar bienes y servicios de negocios locales beneficia el desarrollo económico de la comunidad, permite al viajero deleitarse con alimentos frescos y también es una ventaja para al ambiente ya que, cuando en la entrega de los productos no median distancias largas, se genera menor impacto al ambiente en términos de contaminación.

También los hoteles y restaurantes pueden adquirir provisiones de estos productores locales, para eliminar impacto de la transportación a largas distancias y generar una economía local sólida.

Enseñar a recordar a través de lo vivido

Una forma de honrar un destino es no extraer sus especies. Un turista responsable y amigable con el ambiente prefiere recordar un destino por la experiencia vivida o adquiriendo una artesanía local, y no a través de conchas, platas o animales.

(Con información de Estrategias y Negocios)

Ferromar

MÁS NOTICIAS

SUSCRÍBASE A NUESTRO BOLETÍN

ESTAMOS EN REDES SOCIALES