Ciudad pública y viva: Santiago de Cuba y su paisaje histórico urbano
Centro urbano de la ciudad de Santiago. Foto: cortesía Oficina del Conservador de Santiago de Cuba

La ciudad de Santiago de Cuba fue declarada esta semana Referente Musical de Iberoamérica, en el marco de la celebración de sus 506 años de fundada, cumplidos este domingo, informan medios cubanos.

Según se lee en la placa develada este lunes en la fachada de la Casa de la Trova, “El Instituto Latino de la Música (ILM), en el año del centenario de su fundación, declara por sus aportes en la creación y el desarrollo de varios géneros musicales, a la ciudad de Santiago de Cuba como Referente Musical de Iberoamérica para orgullo de los artistas y todo el pueblo santiaguero”.

Al simbólico momento asistió una pequeña representación de santiagueros, teniendo en cuenta la compleja situación epidemiológica que vive el territorio, refirió el diario Trabajadores.

También estuvieron presentes las máximas autoridades políticas y gubernamentales del municipio cabecera de la provincia y por Daniel Martín Subiaut, presidente del ILM.

Asimismo, fueron reconocidos en el acto virtuosos músicos santiagueros, como Eliades Ochoa, nombrado Embajador Cultural; el Septeto Santiaguero, honrado como Miembro de Honor y además de Rodulfo Vaillant, Enrique Bonne, Tiburón Morales, Alejandro Almenares, y los Estudios Siboney de la Egrem, así como  la Casa de la Trova, como Referente de Honor.

La designación de Santiago de Cuba como Referente Musical de Iberoamérica suma tantos a la aspiración de esta urbe de alcanzar la declaración, por la Unesco, de Ciudad Creativa Musical y homenajea los 506 años de una ciudad llena de tradiciones y color local, que fue capital de la Cuba colonial en los primeros años del dominio de España sobre la Isla.

¿Cómo nació Santiago de Cuba?

Itinerarios turísticos en el Oriente de Cuba: 505 años de cultura santiaguera
Foto: René Silveira Toledo. Cortesía Oficina del Conservador de Santiago de Cuba

Fundada en la segunda década del Siglo XVI a orillas del Río Paradas, luego trasladada a su actual asiento, la ciudad de Santiago de Cuba llegó a ser con el tiempo, la segunda de Cuba y la primera de su porción oriental.

Con ayuntamiento casi desde su fundación, el título de ‘’ciudad’’ lo recibió en 1522, año en que se erige la Catedral, la concesión de tal título en los inicios de la colonización, se haría a un reducido núcleo de población cuyas casas, de techo de guano, no estaban – por su condición y construcción – muy lejos de las construcciones campesinas más actuales, con techo igualmente de guano y paredes de adobe y cujes. Pero a este humilde germen de ciudad acudieron, procedentes de Baracoa, hombres como Hernán Cortés, Bartolomé de las Casas, Antón de Alaminos, Bernal Díaz y otros que, con el tiempo, unirían sus nombres a la conquista de todo un continente. Encabezaba el contingente de fundadores el adelantado Diego Velázquez, quien en una década de gobierno no echó los cimientos de la futura ciudad.

Santiago fue, durante mucho tiempo, el sitio de partida hacia otros puntos del Caribe y tierra firme, fue la base de nuevas conquistas. Los colonizadores españoles, por lo general segundones sin otro porvenir que la milicia o el convento, tuvieron la oportunidad de poner en práctica, en el Nuevo Mundo, hábitos señoriales que una ausencia de progenitura les vedaba en la Península.

Aniquilado el aborigen, recurrieron al esclavo africano, con una primera introducción procedente de Haití, en cantidad de 300 hombres, que luego aumentarían más y más hasta que constituyeron base y parte inseparable de la riqueza de los criollos y peninsulares. Lucumíes, congos, minos, carabalíes, mandingas, etc., devinieron, por un lento proceso de mestizaje, en parte importante en nuestra formación étnica y cultural, a la vez que un elemento no menos importante de nuestra nacionalidad.

La actividad económica primera de la naciente comunidad fue dirigida hacia la búsqueda de oro, pero, agotado éste surgieron otros medios de subsistencia que diversificaron algo las ocupaciones de los moradores; así entró en los rubros económicos coloniales la explotación del cobre, iniciada con la denuncia de los yacimientos existentes en Santiago del Prado, luego llamado simplemente El Cobre.

Con este paso el desarrollo económico de la incipiente Santiago de Cuba se ligaba a los de la Corona en España y Europa.

Como veremos más adelante, no sólo las minas sino la comunidad que a su alrededor surgía, en más de una ocasión influyó en la vida política de Santiago; particularmente en lo relacionado con los indios y africanos llevados allí para el laboreo del mineral.

Con tales raíces, quedaban fundados los factores originarios de la identidad santiaguera. La mezcla étnica, que daría paso a la riqueza cultural de bailes y ritmos, pero también se forjaría poco a poco una tradición de guerra y rebeldía que es también identitaria de esa urbe cubana que esta semana está de cumpleaños.

(Con información de ILM y Tribuna)

Ferromar

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