Programa Transcultura busca insertar en turismo caribeño las industrias culturales y creativas

Por Daily Pérez Guillén

Kishlane Smith crea monumentales atuendos con cartón, papel crepé, varillas de aluminio, alambre de amarre, cemento de contacto y mucho pegamento que se exhiben en el Junkanoo, festival cultural nacional de las Bahamas. Krumah Herelle, es operador turístico en Pitons, dos agujas volcánicas que se elevan una al lado de la otra desde el mar por encima de los setecientos metros de altura unidas por la cresta Piton Mitan en Santa Lucía. Jaime A. Ramón Morales coordina el proyecto de desarrollo local Free Walking Tour en La Habana para mostrar la ciudad a los visitantes de modo gratuito. Leidys Hernández Lima, también desde Cuba, junto a su pareja y otros artistas, visibiliza el punto cubano a través del proyecto Oralitura Habana. Ellos y otros jóvenes de Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Granada, Jamaica, Saint Kitts y Nevis, Suriname y Trinidad presentaron en el Salón Internacional de Turismo para Sitios de Patrimonio Mundial con sede en Génova cómo sus proyectos se vinculan con el turismo y las industrias creativas y culturales.

Llegaron a la ciudad italiana a través del Programa Transcultura de la UNESCO que cuenta con fondos aportados por la Unión Europea. En un panel durante la última jornada del evento, Anne Lemaistre, directora regional de ese organismo de Naciones Unidas, explicó que esta iniciativa se desarrolla desde la responsabilidad con la preservación de los sitios patrimoniales. “A través del diálogo y la cooperación, buscamos insertar en el sector del turismo las industrias culturales y creativas para que tengan su reflejo en el turismo sostenible en el Caribe”.

Por su parte, Bernhard Bauer, consultor de Transcultura, presentó estadísticas que muestran cómo el programa otorga prioridad a recursos y sitios del patrimonio menos conocidos y cuyos mayores beneficiarios son los jóvenes de las comunidades donde se ubican.

Narandera Ramgulam, consultor de turismo sostenible de la Organización de Turismo del Caribe, señaló el reto para la región de lograr ese objetivo, en tanto el sector no solo está mediado por las inversiones, sino también por la forma de vivir y hacer turismo. “Con la globalización, los hábitos de la cultura occidental impactan en las tradiciones locales”.

Es por eso que el joven de Santa Lucía, Krumah Herelle, destaca el valor del programa Transcultura para las generaciones futuras. 

El Caribe atesora 14 Bienes Culturales del Patrimonio Mundial, seis Prácticas y Expresiones del Patrimonio Cultural Inmaterial y ocho centros urbanos que forman parte de la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO. El programa Transcultura se extiende a 17 naciones de la región y busca impactar en 34 recursos claves, dos por cada país.

La delegación caribeña integró en Génova a miembros de equipos de gestión de los sitios patrimoniales, autoridades turísticas, jóvenes profesionales de la cultura, así como a emprendedores del turismo creativo con base en propiedades del Patrimonio Mundial.

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