La UNESCO impulsa el turismo sostenible en Trinidad

La Oficina Regional de la UNESCO en La Habana presentó en Trinidad la serie documental “Trinidad, el arte de permanecer”, producida en estrecha colaboración con la Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios, y con el apoyo del Ministerio de Cultura del Reino de Arabia Saudita. El audiovisual invita a descubrir el patrimonio vivo y las prácticas culturales que sostienen la identidad de la tercera villa cubana, y propone la cultura como motor de un turismo sostenible centrado en las comunidades. El estreno tuvo lugar en Trinidad, el 18 de septiembre de 2025 con una presentación pública, en alianza con el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

Con cuatro episodios, la serie recorre oficios, saberes, música, emprendimientos creativos y los paisajes culturales de Trinidad y el Valle de los Ingenios —inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial desde 1988— para visibilizar a las personas que crean, mantienen y transmiten estas prácticas.

Cultura viva y desarrollo local

“Trinidad, el arte de permanecer” forma parte del proyecto Comunidades por el Patrimonio, una iniciativa de la UNESCO que promueve la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial y la articulación de experiencias turísticas responsables basadas en la identidad local. En junio de 2025, el proyecto desarrolló en Trinidad el taller “Comunidades por el Patrimonio: Salvaguardia del Patrimonio y Turismo Sostenible”, que reunió a actores del patrimonio, el turismo y la planificación urbana para diseñar itinerarios sostenibles y fortalecer la participación comunitaria en la gestión del sitio. La serie complementa estos esfuerzos al ofrecer un relato cercano sobre el valor del patrimonio vivo para la vida cotidiana y el desarrollo local.

Casa Toña, una casa colonial del siglo XIX, ha sido transformada en hospedaje por Eduardo y su familia. La vivienda conserva su arquitectura y mobiliario original, transmitidos por generaciones, e incorpora tecnologías sostenibles como paneles solares. En el mismo entorno familiar, Barcafé combina tradición y hospitalidad, con la visión de Carlos Sotolongo, historiador del arte, quien defiende el turismo basado en el patrimonio como forma de vida. La música y danza del grupo Leyenda Folk conectan el legado arquitectónico con la herencia afrocubana de la región.

En las manos de José Miguel Cadalso, los abanicos se convierten en piezas únicas que desafían el tiempo. La Banda Municipal, con más de cien años de historia, sigue tocando cada domingo en el parque principal. En su taller, Israel Rondón pinta con pigmentos extraídos de la tierra, mientras en la finca SantLop, Alberto cultiva alimentos, experiencias y conciencia ambiental. Trinidad se revela como un territorio donde los oficios tradicionales conviven con nuevas formas de hacer y vivir.

Adrián Carmona teje con la convicción de que el textil es parte del ADN trinitario. En Vallecito de Seda, mujeres rurales crían gusanos de seda y elaboran encajes con técnicas ancestrales. Trapita, proyecto comunitario, transforma retazos en muñecas que llevan afecto y memoria. En cada puntada, en cada hilo, se cruzan generaciones, saberes y sueños que dan forma a una identidad que no se pierde: se reinventa.

En los talleres de la familia Santander, la cerámica se trabaja como se hacía hace siglos: con manos que bruñen, tallan y recuerdan. Daniel, José y Neidy continúan una tradición que ha moldeado la ciudad desde el siglo XIX. Las Tonadas Trinitarias, nacidas de la fusión entre África y España, resuenan en las voces de Michel Morales y la familia Valdespino. La música y la arcilla se vuelven lenguajes de memoria viva.

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