Iberostar Grand Trinidad, entre el lujo de la historia

Foto: DPG/TTC

Por Daily Pérez Guillén

Tomado de TTC no.292, World Travel Market.

Cuando la claridad anuncia el amanecer tras las cortinas de los ventanales de cristal del hotel Iberostar Grand Trinidad, la cúpula de la iglesia en la esquina del Parque Céspedes, invita al visitante a conocer una ciudad colonial. A tono con la condición de Patrimonio de la Humanidad de la villa que lo acoge, este alojamiento heritage es el único de su tipo en Cuba administrado por la cadena mallorquina.

La reseña de Trip Avisor sobre el alojamiento es precisa y cierta: “Historia y lujo en Trinidad, Cuba. La combinación perfecta para muchos,(…) cuenta con un encanto excepcional que se puede experimentar en sus suites de lujo, las propuestas gourmet de sus restaurantes, su cuidada arquitectura y la atención superior que ofrece a todos los viajeros.”

No solo el reconocimiento entre lo mejor de lo mejor de los premios Travellers’ Choice: 2023 lo avala. También cuentan las opiniones que sus huéspedes dejan en los portales de viajes: “Un Hotel maravilloso, donde cada detalle está cuidado al milímetro”, “La calidad de la atención fue la mejor. Tienen excelentes ofertas gastronómicas”, “Lo que más me gustó fue la amabilidad de todos sus trabajadores que hicieron mejor la visita al hotel.”

Luis Alberto Heras, actual director del alojamiento, comparte la satisfacción y el orgullo de liderar un colectivo que ha obtenido dentro de la estructura hotelera cubana tal reconocimiento.  “Nuestro principal mercado es europeo, en dependencia de los meses recibimos clientes de Inglaterra, Francia, Italia, España, Alemania. Estamos conectados con un turismo que busca conocer la historia y vivir la cultura de la ciudad.”

El hotel Iberostar Grand Trinidad atesora una herencia cultural inigualable en el corazón de una de las ciudades más apasionantes de Cuba. Ubicado en un edificio emblemático, recuperado y restaurado por la compañía española, acoge el primer hotel 5 estrellas con restaurante 5 tenedores de la ciudad. El diseño del interior respeta la elegancia innata del inmueble. Pero su imagen se enriquece con un servicio moderno y habitaciones amplias y cuidadas en cada detalle.

Interior, Iberostar Grand Trinidad. Foto: DPG/TTC

Al confort y el lujo, el diseño de Iberostar Cuba Hoteles&Resorts añadió espacios encantadores para guardar recuerdos excepcionales. En uno de sus rincones, el Fumoir, el visitante puede disfrutar de los distintos aromas de los puros habanos. Más allá, la sala de juegos con opciones para compartir la mesa de billar, los naipes o el dominó; otro modo de reavivar las costumbres de la época colonial. En el patio central, la vegetación trae el verde y el aroma de las especies que crecen en las montañas cercanas.

Según informa Heras, la estancia en un hotel ubicado en medio de un destino donde predomina el paso de visitantes en modalidad de circuitos, es apenas de 1.6 días, dos como máximo. Pero en ese tiempo, la oferta gourmet del Gran Trinidad se fija en el paladar. Variedad, calidad y belleza en la mesa acompañarán desde entonces la memoria de los viajeros.

Hasta hace muy poco esta era una instalación only adults, pero ha ampliado su oferta a familias con niños.

“Estamos conectados con las diferentes agencias de turismo de la ciudad. A través del Departamento de Relaciones Públicas ofrecemos a los clientes información de todas las actividades que nos rodean: las visitas al Valle de los Ingenios, Playa Ancón, los recorridos por la ciudad y sus disímiles ofertas culturales”, comenta el director general.

En busca de ampliar sus servicios Iberostar prevé incluir en la cubierta del Grand Trinidad una piscina, un spa y un gimnasio. Mientras tanto, la elegancia de un edificio colonial y la modernidad de espacios totalmente renovados, se respira tras su fachada histórica.

 

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