Especial TTC: Los paisajes naturales de Cuba, recursos y ofertas para el turismo

Por: José Luis Perelló

El paisaje natural es aquel que no está modificado por el hombre, a pesar de algunos pequeños enclaves rurales o arqueológicos. Se describe como un espacio recorrido pero no organizado, y con densidades de población bajas. En la actualidad se ha pasado de ver el paisaje como el marco estético de la actividad humana a considerarlo como un recurso. El paisaje como recurso y patrimonio cultural de la humanidad adquiere una enorme consideración.

Ellos pueden ser costeros, que está próximo al mar; el de montaña, el del valle, y el de la llanura. Los Parques, son áreas naturales, poco transformadas por la explotación u ocupación humana que, en razón de la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, poseen valores ecológicos, turísticos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación merece una atención y protección preferentes.

Como recurso y oferta para el turismo, el paisaje se entiende como un sistema complejo resultado de la combinación e interacción de distintos elementos naturales y socioculturales, que junto a diferentes procesos, el individuo o los grupos sociales pueden percibir y construir así la imagen que identifica un territorio. Es una realidad física experimentable por el observador, que percibe un determinado territorio de acuerdo a su formación cultural, su personalidad, su experiencia y su capacidad de percepción.

En la relación paisaje-turismo, el paisaje ha sido considerado como parte del potencial turístico de Cuba desde mediados del siglo XX, cuando se formularon los primeros métodos para evaluar el potencial de los diversos recursos disponibles. Desde entonces, el paisaje se ha posicionado como un recurso turístico importante y es considerado uno de los principales componentes del sistema turístico; formando parte como soporte y como factor de atracción. No obstante, el paisaje no sólo asume un valor como medio de entretenimiento y disfrute del ocio social, sino que a su vez se presenta como medio de comunicación, de identidad y pertenencia, y como la imagen de los destinos; además de que se convierte en un recurso de utilidad científica para la comprensión, análisis e interpretación holística de estos.

Los territorios presentan una singularidad local que se expresa física, material e inmaterialmente a través del paisaje, ejemplo de ello son los paisajes del Valle de Viñales, el Valle de los Ingenios o el Valle de Yumurí. Cada territorio y cultura crea sus propios arquetipos paisajísticos, sus símbolos e interpretaciones. El paisaje se convierte así en una ventana que permite al turista identificar y adentrarse en una cultura distinta a la propia, que le proporciona el sentido del lugar. Por tanto, la calidad visual del paisaje y su disfrute estético favorecen la consolidación de la oferta turística a través del desarrollo de nuevos productos, que pueden constituir una de las motivaciones esenciales que justifica la generación de flujos turísticos.

El estudio de los paisajes es de vital importancia para la planificación y gestión integral del turismo, así como para la conservación de la autenticidad, especificidad y originalidad del paisaje. Ellos facilitan el desarrollo turístico territorial o local, ya sea en destinos o regiones conocidas, o en aquellas donde el turismo aún es incipiente, pero presenta cierto potencial de crecimiento -como es el caso de Cuchillas del Toa, en el oriente cubano, considerado como uno de los centros principales de biodiversidad y endemismo en Cuba y el Caribe-. El sistema de la gran cueva de Cabeza de Moa uno de los cinco monumentos naturales en el país y uno de los grandes sistemas de cuevas en Cuba oriental.

Estos escenarios naturales permiten el diseño de rutas turísticas y senderos, como recorridos que se destacan por sus atractivos en que sobresalen la naturaleza, el patrimonio cultural y la historia. En este sentido, las rutas escénicas se posicionan como recorridos que destacan la gran riqueza natural, histórica, cultural y arqueológica de los diferentes espacios que atraviesan, así como las construcciones y asentamientos llevados a cabo por las sociedades que los ocupan.  Además, constituyen un medio a través del cual los visitantes entran en contacto con el paisaje promoviendo la actitud contemplativa, lo cual contribuye a jerarquizar los destinos en la medida que permiten reconocer su valor estético, cultural y/o natural.

Representativo de estas rutas, en que el paisaje natural es su oferta turística principal se destaca Topes de Collantes conocido por sus rutas por la montaña: el Sendero Vegas Grandes, una caminata que discurre a través de las plantaciones de café y finalizando en el Salto del Caburní, una espectacular cascada; o la ruta Gruta La Batata, con excelentes paisajes de flora y fauna, y una cueva con piscinas naturales de aguas con propiedades curativas.

Junto a los sorprendentes paisajes, los visitantes motivados por el ecoturismo y la historia pueden encontrar diferentes senderos interpretativos, puentes colgantes, pozos, riachuelos, cascadas y, entre tantas oportunidades, realizar caminatas, paseos a caballo, observación de aves, acampadas organizadas.

Por sus exuberantes paisajes naturales, el Parque Natural Topes de Collantes es la sede anual del Concurso Internacional de Fotografía de Naturaleza Digital, que su XII edición tuvo lugar del 16 al 20 de septiembre, del presente año organizado por el Grupo de Turismo Gaviota.

 

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