Especial TTC: La cueva “Actun Tunichil Muknal” en Belice, una visita al inframundo maya

Por: José Luis Perelló

El turismo de espeleología es una de las principales actividades de Belice, que permite a los viajeros explorar la mitología y la cultura mayas. En ese sentido, se han abierto varias cavernas para hacerlas accesibles a los visitantes; sin embargo, constituye una aventura inmersiva e impresionante explorar estos inquietantes portales al inframundo maya.

Las cuevas suelen considerarse espeluznantes y misteriosas, lo que crea una sensación ominosa cuando se está dentro. Igualmente importante para disfrutar de la experiencia es saber por qué las cuevas son paisajes sagrados del mundo maya.

Belice esconde en su vasto territorio una riqueza natural impresionante, siendo sus cuevas uno de los mayores atractivos turísticos. Explorar estos pasadizos del inframundo maya es más que una actividad turística: es un viaje fascinante a través del tiempo, una conexión íntima con siglos de historia.

La caverna “Actun Tunichil Muknal”, situada en la Reserva Natural Tapir Mountain, es probablemente una de las cuevas arqueológicas más importantes del mundo, por su nivel de conservación y valor arqueológico.

La excursión, precedida por un guía interpretativo, comienza con una caminata a través de un arroyo que lleva a los visitantes hasta la cueva, un recorrido intenso a través de la selva  pero que ofrece como recompensa una asombrosa colección de artefactos y esqueletos mayas, testigos de antiguos rituales. Antes de entrar, es fundamental pedir permiso o recitar una oración de agradecimiento a los dioses o antepasados para que te protejan y guíen mientras recorres la cueva. Los mayas hacían este trayecto con antorchas encendidas, según comenta el guía de la comunidad maya local.

El rito era una forma de preparación antes de enfrentarse a sus dioses y antepasados en el inframundo; así los mayas pedían ayuda a las deidades en función de una necesidad o propósito. Estos espacios eran sagrados y servían como cementerios, lugares sagrados o de protección. Las ofrendas encontradas en su interior, no siempre implicaban sacrificios, sino que también eran muestras de gratitud hacia los dioses.

En el recorrido se llega al centro de la cámara principal, allí se destaca el pequeño Hogar de Tres Piedras, formado por los mayas a partir de tres depósitos minerales como una clara referencia al hogar de tres piedras del Popol Vuh, en el que renacía el Dios del Maíz tras ser sacrificado. También hay una serie de objetos, así como restos humanos, agrupados en la zona central de unos veinticinco metros cuadrados de la cámara principal que rodea los tres minerales (espeleotemas) apilados que sugieren una recreación literal de la historia del Popol Vuh.

Actun Tunichil Muknal para los mayas era una entrada sagrada a Xibalba, que significa «lugar del miedo», y era importante en la antigua cultura maya. En este escenario, los mayas escenificaban elaboradas representaciones del “Popol Vuh”, el mito de la creación maya, y que lo hacían como una forma de incitar a sus dioses a forzar un “renacimiento” del mundo en el periodo justo antes de que la sequía y la agitación política provocaran el fin de su civilización, conocido como el Colapso Maya, en el siglo X.

Durante más de 1.000 años, el sistema de cuevas Actun Tunichil Muknal de 5 kilómetros de longitud permaneció sin explotar y sin perturbar, hasta que redescubrieron la entrada en 1986. En las décadas siguientes, la cueva inusualmente prístina, se convirtió en objeto de muchos estudios, ofreciendo a los científicos y a los viajeros intrépidos una visión de la religión y la sociedad mayas de entre el 700 y el 900 a.n.e. Hasta ahora se han registrado casi 1.500 objetos y fragmentos, y 21 esqueletos humanos.

No existen relatos de primera mano sobre lo que ocurría en las ceremonias mayas en las cuevas, pero la nueva visión presentada en 2021 por los arqueólogos Holley Moyes y Jaime J. Awe, da vida a esas ceremonias religiosas a un nivel humano que, hasta ahora, no se comprendía.

Las cuevas son un elemento clave de la cosmovisión maya; estaban en la parte inferior de un cosmos de tres niveles, con el mundo humano terrestre arriba y los dioses en el cielo. Los mayas empezaron a utilizar las cuevas en torno al año 1200 a.n.e., cuando empezaron a introducirse en Belice.

Xibalba era importante en la antigua cultura maya; el Popol Vuh, el libro de la creación del pueblo q’eqchi’, lo describía como una corte que existía bajo la superficie de la Tierra, donde reinaban los dioses mayas de la muerte, y una encrucijada de los vivos y los muertos.

Para muchos, el concepto de infierno existe en otra dimensión. Pero en Belice, la entrada al inframundo se encuentra justo bajo tus pies. Este pequeño país centroamericano alberga cientos de cuevas, muchas de las cuales se pueden explorar. Pero son algo más que un lugar para practicar turismo espeleológico. Se dice que estas cuevas son el camino a Xibalba, o el inframundo Maya.

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