Imagen: malp/123RF

Fuente Diario Granma, Autor: Ronald Suárez Rivas

Pinar del Río.–Caminatas, senderismo, recorridos a caballo, baños en piscinas naturales, navegación fluvial, bicicletas de montaña… con todas estas opciones, en medio de hermosos paisajes prácticamente desconocidos, se construyen las dos primeras instalaciones de turismo local sostenible en Cuba. Dicen los especialistas que se trata de un concepto que en los últimos tiempos ha ganado terreno a nivel mundial, y que pudiera generar importantes beneficios para los municipios.

Apostando por las bellezas naturales que abundan en la Isla y su rica cultura, más allá de los tradicionales destinos de sol y playa, la iniciativa tiene el propósito de mostrar una nueva perspectiva para el sector empresarial y su articulación con otros actores, en pro de encadenamientos que ayuden a dinamizar las economías locales. Durante las últimas semanas, los diseños en 3D de lo que en un futuro cercano serán los centros turísticos Rocío del sol y Guacamaya han despertado la curiosidad en las redes sociales.

El primero de ellos está enclavado en los bosques de la Empresa Agroforestal Macurijes, en el municipio de Guane, con una biodiversidad fascinante que incluye 16 tipos distintos de orquídeas, 69 de aves y 72 especies forestales.

El segundo, por su parte, se ubica dentro del patrimonio de la Empresa Agroforestal La Palma, en una zona que deslumbra por sus paisajes y por las leyendas sobre cimarrones que en otro tiempo se asentaron allí, huyendo de la esclavitud.

Ambos llevan nombres distintivos de su región: Rocío del sol es una planta insectívora rara y hermosa, que crece en el occidente pinareño, mientras que Guacamaya es la sierra del norte de la provincia, escogida para construir instalaciones y trazar senderos.

Experiencia demostrativa

El doctor en Ciencias Jorge Freddy Ramírez, profesor del Centro de Estudios de Dirección, Desarrollo Local, Turismo y Cooperativismo, de la Universidad de Pinar del Río, explica que los dos están en fase de ejecución y constituyen experiencias demostrativas que pueden replicarse en otros territorios.

Cada uno contará con los servicios básicos de alojamiento y gastronomía, con 15 cabañas, restaurante y bar-cafetería; además de un centro de visitantes que incluye recepción, sala de interpretación del patrimonio natural y cultural que gestiona en su área de influencia, con videos, pantallas interactivas, posters, biblioteca especializada en temas de naturaleza y cultura local, tienda de suvenires y baños públicos.

El especialista señala que, en su concepción arquitectónica, el diseño parte del rescate de las tradiciones constructivas del campo cubano y materiales como la madera y el guano, algo que permite bajar considerablemente los costos de inversión. «Serán instalaciones rústicas, pero confortables, siguiendo los estándares internacionales de este tipo de turismo».

Basados en los valores naturales de los lugares donde se construyen, ambos proyectos pretenden una relación amigable con el medioambiente. Por eso no se realizan movimientos de tierra para levantar las instalaciones. «Todo es hincado sobre horcones y se aprovecha al máximo la luz solar», alega Jorge Freddy Ramírez.

Tampoco se emplean equipos de aire acondicionado. «Se disfruta de la climatología natural, teniendo en cuenta los conceptos de la arquitectura bioclimática», añade.

De esa manera, asegura que serán edificaciones interactivas con el entorno, que le permitirán al visitante contemplar el bosque y hasta vivir dentro de él, aun cuando esté en su habitación.

Sostenibilidad garantizada

Según el especialista, entre los mayores aciertos está que varios actores –en este caso las empresas forestales y los consejos de la administración municipales de Guane y La Palma, el Gobierno provincial, la Universidad de Pinar del Río y el Centro de Gestión Estratégica del Desarrollo Local– se integren en el proyecto.

«En Cuba existen construcciones rústicas y se practica el turismo de naturaleza, pero con un concepto de integralidad, que sea parte de un programa de desarrollo turístico local y que esté incluido en la estrategia de desarrollo municipal, no había ninguna instalación»

La experiencia aprovecha las posibilidades que abre la política para impulsar el desarrollo territorial en el país, aprobada el año pasado.

«Modificar su objeto social e incorporar la actividad turística les da a las empresas con esas potencialidades, una oportunidad de ampliar su actividad económica, y también al municipio donde radican».

Así lo cree Pedro Cabrera Lagos, especialista de Turismo de Naturaleza y Áreas Protegidas en la Empresa Agroforestal Macurijes. «Para nuestra entidad, es una manera de utilizar los recursos naturales que conforman su patrimonio, para captar divisas», asegura, y agrega que también para el territorio los beneficios serán importantes, pues generará empleo, propiciará los encadenamientos con otros sectores y se incorpora el turismo al municipio.

Del otro lado de la provincia, Osmel Portales Almora, director de Desarrollo y Negocios de la Empresa Agroforestal La Palma, coincide en que es una vía para impulsar las economías locales y obtener ingresos a partir de recursos endógenos y un mínimo impacto sobre el medioambiente.

Sin aguardar porque sus dos primeros proyectos entren en explotación, para validar resultados, Pinar del Río ha continuado trabajando en otros sitios de la provincia. «Decidimos no detenernos y empezar a proyectar dos más, porque estamos convencidos de que va a funcionar», argumenta Jorge Freddy Ramírez.

«El turismo local sostenible de pequeña escala es una práctica internacional que ha crecido a un ritmo acelerado en las últimas décadas. Esto que estamos impulsando ya ha sido demostrado en otros países. Con los efectos de la pandemia de la Covid-19, el escenario futuro es aún más alentador por la manera en que se comportarán los clientes».

Los otros dos centros estarían ubicados en la Sierra de la Güira, municipio de La Palma, donde antes estuvieron las cabañas de Los Pinos, promovidas por Celia Sánchez Manduley, y en el Jardín Botánico Provincial, en las afueras de la capital pinareña.

El primero de ellos tendría como componente fundamental el turismo de naturaleza, mientras que el segundo estaría destinado al turismo científico, a partir de las colecciones botánicas que atesora.

No obstante, para el especialista, este constituye apenas el comienzo. «La idea es llegar a establecer en Pinar del Río una red de pequeños centros turísticos y otros productos que nos permitan presentar ofertas integrales y generen, de manera encadenada, una comercialización y una competitividad en los mercados internacionales».

En cantidad de visitantes, afirma que ello pudiera llegar un día a equipararse con un destino turístico como el del Valle de Viñales, con la peculiaridad de que las personas no estarían concentradas en un gran hotel o en un lugar específico, ejerciendo una presión desmedida sobre el medioambiente, sino dispersas en la provincia.

En contexto

Entre enero y abril de este año arribaron a Cuba 64 712 turistas extranjeros, apenas el 6,6 % de los 983 099 visitantes foráneos en igual periodo de 2020, debido al cierre por la Covid-19, según publicó la Oficina Nacional de Estadística e Información.

En el balance de la gestión del sector en 2020, se informó que la no comercialización de las instalaciones hoteleras, proceso mundial que condujo a una caída del 74 % de los viajes, fue aprovechada para mejorar la infraestructura turística cubana, incluyendo el mantenimiento en unas 42 000 habitaciones.

El Primer Ministro cubano, al resumir el aporte del ramo en la prevención y el control de la epidemia, recordó que más de 8 200 trabajadores habían laborado en hospitales y centros de aislamiento, 62 unidades de Campismo Popular se pusieron en función del enfrentamiento, y 25 instalaciones hoteleras se prepararon para la atención especializada a viajeros.

 

Ferromar

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