Cayo Largo del Sur, en Cuba joya turística cubana
Foto: cortesía Grupo Hotelero Gran Caribe.

Cayo Largo del Sur constituye hoy uno de los lugares más fascinantes de Cuba por su belleza, historia y leyendas de piratas, con gran aceptación para turistas de todo el mundo.

Sitio apartado e íntimo de la región suroccidental de la isla, resulta perfecto si se busca descanso en medio de la incertidumbre causada por la Covid-19 a nivel global.

Fue en su momento un rincón apartado, dotado de un colorido particular, cuando sus playas y escondrijos significaban espacio digno para el turismo y la protección ambiental.

Como paraíso terrenal, la recreación marinera destapó una moda de visitar este cayo y constituye un privilegio particular que con el tiempo transformó ese destino en plaza ideal para viajeros en busca de silencio, intimidad y bellezas naturales.

Tiene historia, magia y un futuro por delante pese a la Covid-19 y por encima de ella, pues es un escenario propicio para el senderismo, la fotografía sumergida y las vacaciones más activas posibles.

Su bautizo se debe a la forma geográfica alargada, como parte del Archipiélago de los Canarreos en su extremo este, y por ser el más grande de un grupo de los Jardines y Jardinillos conocidos en su momento por los exploradores españoles

Se trata de un escenario muy llano, sin alturas notables, con 50 pies sobre el nivel del mar y una superficie de 38 kilómetros cuadrados.

Los historiadores reseñan que al cayo no es necesario crearle una historia para el turismo, pues tiene su propia trayectoria.

Documentos señalan que exploraciones arqueológicas ubican tres puntos con la presencia de instrumentos elaborados a partir de caracoles.

Allí todo comenzó como industria turística en 1982 luego de un inicial hotel Isla del Sur y un servicio incipiente de marina.

Lugar de concursos internacionales de fotografía submarina, el territorio de Cayo Largo opera con el principio de ser Zona Bajo Régimen Especial de Uso y Protección.

Cerca de 10 alojamientos respetan en el lugar los principios de la protección medioambiental, como es el caso de Playa Blanca, Isla del Sur, Coral, Soledad, Linda Mar, Sol Pelícano y Sol Cayo Largo, unas mil habitaciones en total, de sugestivos nombres.

Antes de la pandemia, el producto líder fue el buceo y volverá a serlo, con dos excursiones de mucho impacto como es el caso de una nombrada Super Reef o la visita al cercano Cayo Rico.

Por año en el Cayo se realizaban 41 mil inmersiones, para potenciar al buceo contemplativo.

Con historias sobre piratas, la presencia de Don Hawking en 1565, los conocidos franceses Jean Laffitte y Latrobe por 1819 y Pepe el Mallorquín, corsario de 1820, entre muchos otros, este lugar constituye un perfecto recodo en el camino, para vacacionar.

Agencia Prensa Latina

Ferromar

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