Arte francés en La Habana

Por Ana Ligeia

En el corazón de La Habana, muy cerca de lujosos hoteles, del bar restaurante Floridita y de la calle Obispo que conduce al visitante hasta el casco histórico de la ciudad, se alza el Museo de Arte Universal. El otrora Palacio del Centro Asturiano inaugurado en 1927, y sobresaliente entonces por su estilo ecléctico, por las técnicas de construcción empleadas así como como por los materiales utilizados en el acabado con mármoles de Italia, España y Estados Unidos, carpintería de caobas cubanas, vidrieras importadas de Madrid, y lámparas decorativas en bronce, con cristal de Bohemia, acoge desde hace dos décadas una relevante muestra de arte.

Una gran escalinata, de las más espectaculares concebidas en el país, conduce a la colección de pinturas, esculturas, grabados y dibujos que se agrupan en cinco grandes áreas en correspondencia geográfico-cultural. Sobre la caja de la escalinata, una vidriera emplomada que dibuja las tres carabelas empleadas por Cristóbal Colón en su viaje de descubrimiento, adelanta el tesoro que guardan los cuatro niveles del museo.

La pintura europea es el conjunto más numeroso, sobresalen muestras del renacimiento italiano y flamenco, del barroco español, las pinturas francesas del siglo XIX, y británicas del XVIII. Una exhibición de pintura colonial latinoamericana y de la plástica norteamericana del siglo XVIII también es posible admirar en los majestuosos salones.

Hacia el cuarto nivel, obras de artistas franceses, la mayor parte del siglo XIX, forman parte de la exhibición permanente o de los fondos del museo. Retratos, paisajes, escenas de batallas, todos de diversos artistas y estilos, incluso dibujos de la moda francesa de esa centuria y hasta una copia de las bailarinas de Edgar Degas pueden admirarse en este museo habanero que sobresale por su belleza y guarda tesoros del arte galo.

 

MÁS NOTICIAS

SUSCRÍBASE A NUESTRO BOLETÍN

ESTAMOS EN REDES SOCIALES