Casabe: herencia y creatividad en el Festival Internacional Varadero Gourmet

Por Daily Pérez Guillén

El chef Omar Rodríguez Jiménez llegó hasta la decimoquinta edición del Festival Internacional Varadero Gourmet para presentar su colección de platos italianos reinterpretados con casabe.

En exclusiva para TTC ya había adelantado que sería “una celebración de la cocina criolla en diálogo con el mundo: un homenaje al casabe como puente entre culturas, tiempos y sabores”. Y así fue.

Omar rememoró recuerdos de su niñez, cuando escuchaba con nitidez los pregones de los casaberos que recorrían las calles de Bayamo, anunciando con orgullo su producto ancestral. «Aquellos sonidos, cargados de historia, sembraron en mí una profunda conexión con este pan indígena que ha sobrevivido siglos de transformación cultural”, expresó tratando de trazar un puente estre los recuerdos y su creatividad.

“Mi motivación para crear platos con casabe nace de esa raíz emocional, pero también de un compromiso con su preservación. El casabe ha sido más que un alimento: ha sido también un símbolo de identidad, memoria y resistencia”, valoró.

Como fundamental cataloga el movimiento que se ha gestado desde Bayamo y El Padrón, impulsado por el incansable trabajo del profesor Domingo Cuza para rescatar este alimento en la gastronomía cubana. “Su labor por la salvaguarda y promoción del casabe culminó con un logro histórico: su declaratoria como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Ese reconocimiento no solo honra el pasado, sino que nos invita a reinventarlo.”

chef Omar Rodríguez Jiménez

Cuza, que le acampañó en el Festival, destacó el valor autóctono de este alimento que forma parte de la raíz milenaria ancestral de la nación pero que al mismo tiempo cumple con todos los requisitos de los hábitos de consumo moderno y  la búsqueda de la soberanía alimentaria.

Durante su presentación, el chef del Café Palmares en la ciudad de Bayamo, subrayó que en su cocina, el casabe más que acompañante, es protagonista. Lo elabora de forma artesanal, respetando sus técnicas tradicionales, para luego incorporarlo en recetas que dialogan con otras culturas.

“Mis especialidades incluyen reinterpretaciones de platos universales —como lasañas, pizzas y bruschettas italianas— donde el casabe sustituye la masa convencional, aportando textura, carácter y un sabor profundamente cubano. Esta fusión no busca imitar, sino acriollar: transformar lo global desde lo local”.

Pero quienes tienen la última palabra, son los comensales y en ellos este chef granmense distingue la aprobación. “Creo que les atrae la creatividad, el respeto por nuestras raíces y, por supuesto, el sabor. Cada plato con casabe es una experiencia multisensorial que conecta con la nostalgia, pero también con la sorpresa. Es una forma de relajar nuestro patrimonio gastronómico, de hacerlo accesible y emocionante”.

Para comprobarlo, compartió con los participantes algunas de sus propuestas.

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