Especial TTC: Surinam, un paraíso de la naturaleza y la historia

Por: José Luis Perelló

La biodiversidad de Surinam forma parte del patrimonio de la humanidad y por eso se considera un paraje muy singular para los amantes de la naturaleza. Un territorio cargado de historia, con una decena de reservas naturales, algo que sorprende enormemente al ser un país tan pequeño. Sus costas son bañadas por el mar Caribe, lo que lo hace un destino caribeño miembro de la Caricom y la CTO.

Su ciudad capital Paramaribo, es la única “puerta de entrada” a Surinam que da al mar. Los franceses, británicos y holandeses lucharon por esta tierra colonial en gran medida debido al valor marítimo de Paramaribo. No es de extrañar entonces que el Fuerte Zeelandia en la capital sea una de las fortalezas más famosas de Sudamérica. Hoy en día sólo quedan el muro de ladrillo y algunos cañones; pero en el Museo de la Fortaleza se han recopilado y expuesto muchas antigüedades y documentos históricos. Los visitantes tienen la oportunidad de aprender sobre la historia de las batallas con piratas en la costa de Paramaribo, o sobre los sacrificios de los revolucionarios democráticos que fueron encarcelados y ejecutados en Fort Zeelandia.

Paramaribo cuenta con muchos sitios históricos y atracciones naturales que no son menores a las de otras ciudades importantes de América del Sur. El primer destino en Surinam frecuentado por los turistas es el casco antiguo en el centro de la ciudad. Esta zona ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde 2002 por sus tesoros arquitectónicos e históricos de gran valor.

Los visitantes aquí se sienten como si hubieran retrocedido en el tiempo a la Europa del siglo XIX. Pero los arquitectos no copiaron la arquitectura europea, sino que buscaron combinar armoniosamente la arquitectura típica holandesa con técnicas locales, creando un centro colonial con antiguas y poéticas casas de madera. No sólo eso, también trajeron muchas especies de árboles de otras colonias holandesas, como el baniano de Sri Lanka, para plantarlos aquí. Son árboles centenarios que proyectan sombras sobre la calle desierta que crean una escena pacífica pero increíblemente encantadora.

Alrededor de la Plaza de la Independencia, en el centro de Paramaribo, se encuentran importantes edificios gubernamentales, el más famoso de los cuales es el Palacio Presidencial  con su magnífica arquitectura palaciega de la Europa occidental del siglo XVIII. Detrás del palacio se encuentra el Jardín Areca, donde muchos turistas se detienen para escapar del sol del verano y jugar con los monos capuchinos. A los surinameses les encanta la observación de aves que la consideran parte de su identidad cultural. Todos los domingos, los pobladores traen sus aves mascotas al jardín de arecas para realizar un «concierto».

En el centro de la zona antigua, se alza la impresionante Basílica Catedral de San Pedro y San Pablo, edificada íntegramente en madera. Construida en 1883, la iglesia es la estructura de madera más grande del hemisferio occidental. También en los alrededores se ubica el centro de ocio, donde encontrar una variedad de acogedores bares y restaurantes que sirven una diversidad de platos, desde internacional hasta comida típica surinamesa.

La historia de Surinam es el compendio de hechos que forjaron el país más pequeño de América del Sur, un territorio que presenció en sus tierras el surgimiento de la agricultura, colonias de varios países europeos y la formación de su idioma propio, el “sranan tongo”. Un país que en la actualidad está conformado por grupos étnicos de los cinco continentes, lo que ha generado un mestizaje único en la región, además de interesante.

Las primeras civilizaciones que habitaron estas tierras se suponen situadas en lo que en la actualidad es Sipaliwini, dado que se han encontrado numerosos objetos de piedra como flechas, puntas líticas, hachas de mano y cuchillos, usadas por cazadores en el paleolítico superior, alrededor del décimo milenio antes de Cristo.

Más tarde, algunos grupos como los arahuacos, se establecieron en la llanura costera donde desarrollaron métodos de cultivo propios, además de algunas construcciones. Con el tiempo, los caribes llegaron y conquistaron a los arahuacos usando sus barcos de vela, constituyéndose como las dos tribus más grandes de la región.

Aparte de una rica y singular historia, Surinam es cada vez más visitado por los amantes de los parajes naturales, recibiendo un promedio de medio millón de turistas cada año. Entre sus maravillosos atractivos naturales se destaca el Parque Natural Brownsberg un área protegida ubicada en el distrito de Brokopondo. En este mismo Parque habitan el perezoso de tres dedos, el caique de cabeza negra, el mono maicero, la ameiva gigante, el corocoro rojo, entre otras especies dignas de admirar. De día se respira uno de los aires más puros del planeta, se pueden dar paseos por el río en kayak, bañarse en cascadas y adentrarse en senderos boscosos.

En este sitio es posible pernoctar en los refugios que se encuentran en la meseta Mazaroni. Una Reserva Natural de Surinam Central, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Cuenta con una extensión de unos 16 mil kilómetros cuadrados plagados de montañas, llanuras y una selva tropical dotada de fauna asombrosa.  Allí se destacan los jaguares, tapires, nutrias gigantes de río, primates y un sinfín de reptiles y aves. Mientras que la Reserva Natural Galibi fue creada en 1969 y es famosa en el mundo entero por ser el lugar escogido por cuatro especies de tortugas marinas.

Este pequeño país constituye una joya más entre los maravillosos destinos turísticos del Caribe, con una singular cultura e historia y enigmáticos sitios naturales.

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