Especial TTC: Turismo de naturaleza y aventura en el Parque Submarino La Caleta

Por: José Luis Perelló

El “Parque Nacional Submarino La Caleta”, constituye el primero de su tipo en la República Dominicana, y en la región del Caribe. Es un sitio de buceo localizado a unos 20 kilómetros de Santo Domingo, cercano al Aeropuerto Internacional de Las Américas.

El parque es conocido por sus múltiples naufragios, pero también por su abundante vida marina para ser explorada por buzos de todos los niveles, desde principiantes hasta avanzados. Sus profundidades van desde los seis hasta los 180 metros, en un área de 10 km² desde la Cueva de las Golondrinas hasta Punta Caucedo. Es uno de los parques submarinos más visitados del país tanto por buzos nacionales como internacionales y reconocido por los expertos como uno de los cinco mejores puntos de buceo en el Caribe.

Está clasificado dentro de la categoría de parques ecoturísticos, orientados a la valoración de los recursos naturales existentes, de esta manera incentiva en los participantes el comportamiento positivo hacia la conservación y respeto de la naturaleza.

 

El principal atractivo turístico es el barco Hickory, hundido en 1984 por el Grupo de Investigadores Submarinos (GIS) con el propósito de producir un hábitat seguro para especies amenazadas. Otros naufragios incluyen El Limón y Capitán Alsina, ubicados a unos 30 metros de profundidad, y el Don Quico a unos 58 metros de profundidad.

Dentro del parque se encuentra el museo etnológico y arqueológico, poseedor de una importante colección de objetos taínos, creado el 25 de septiembre de 1986.

Para la llegada de los conquistadores en 1492, La Caleta era un importante asentamiento indígena. La zona con sus sectores aledaños, era conocida como Hatos del Toro y, según la tradición, era habitada por negros que se dedicaban a la pesca y la agricultura.

En 1972, La Caleta se constituyó en centro de la comunidad científica al descubrirse 373 osamentas pertenecientes a grupos indígenas precolombinos que habitaban la isla de Santo Domingo. El hallazgo tuvo gran importancia debido a que los restos estaban asociados a tres componentes culturales que habitaron la isla: ostionoide, elenoide tardío y taíno tardío; las osamentas datan de 650, 750 y 840 años de antigüedad de nuestra era.

Desde sus inicios tanto los investigadores como el gobierno ponderaron la creación de un museo arqueológico, con la confección de una museografía didáctica para turistas, estudiantes e investigadores para la comprensión y estudio de las costumbres funerarias de los indígenas.

El Parque Nacional Submarino La Caleta es un destino privilegiado para el buceo gracias a sus prístinas aguas cristalinas, en las cuales los visitantes pueden explorar una variedad de sitios de buceo, desde arrecifes de coral hasta cuevas submarinas; incluyendo un impresionante sistema de rocas cársticas que crean una red serpenteante de cavernas y túneles submarinos de más de 100 metros de largo, un lugar ideal para el buceo técnico.

La conservación del parque es esencial para proteger su biodiversidad y garantizar que las futuras generaciones también puedan disfrutar de este patrimonio submarino. El área se enfrenta a varias amenazas, incluyendo la contaminación, el cambio climático y la sobrepesca. Los esfuerzos de conservación se centran en mitigar estas amenazas y promover prácticas sostenibles; mediante varios programas de educación y sensibilización para informar al público sobre la importancia de la conservación marina y cómo pueden contribuir. En estos programas la comunidad local desempeña un papel crucial, participando en la limpieza de playas, el monitoreo de la vida marina y otras actividades de conservación.

Existe también un proyecto de remodelación con el objetivo de crear un espacio de conservación y turismo sostenible debido a la riqueza marina, la gran variedad de peces, los arrecifes de coral y los ecosistemas marinos únicos en la región.

Una de las principales ventajas que ofrece este proyecto es la posibilidad de practicar buceo submarino en un entorno seguro y controlado, permitiendo a turistas nacionales y extranjeros explorar las maravillas submarinas que alberga este emblemático espacio natural localizado en Santo Domingo.

El proyecto implica una inversión de 395 millones de pesos dominicanos, que incluyen la instalación de estructuras sumergibles que servirán como refugio para la vida marina, así como la construcción de senderos y áreas recreativas para los visitantes. 

Además, se están implementando estrictas medidas de protección ambiental a fin de preservar la belleza y la biodiversidad del lugar. Estos espacios, más que una mera atracción turística, serán un recordatorio del impacto que la humanidad tiene en los océanos, creando una imagen de resiliencia y esperanza y llamando la atención sobre la urgente necesidad de proteger los ecosistemas marinos.

El mensaje es claro: el océano está bajo presión constante debido a la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático y necesita apoyo para seguir sobreviviendo.

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