Un viaje al néctar de la cubanía

Havana Club International celebra su aniversario 30 este 23 de noviembre. Fotos: RCC/TTC

Texto y fotos: Rachell Cowan Canino

Sé de un lugar donde el misticismo y las tradiciones cubanas convergen; un lugar donde el olor a caña, el sonido del ferrocarril y el sabor líquido de lo cubano están por cada rincón. Así es el Museo del Ron en el Centro Histórico Habanero.

El espacio se encuentra ubicado en una mansión colonial del siglo XVIII, frente a la bahía de La Habana. El patio interior recuerda a esa época colonial en la cual Cuba era la reina del Caribe por sus producciones asociadas al cultivo de la caña.

El edificio que hoy acoge el Museo del Ron se construyó entre los años 1772-1780, y pertenecía a Don José Fajardo Covarrubias y Doña Josefa Montalvo. Foto: RCC/TCC

El recorrido comienza en el taller donde se fabrican los barriles de roble blanco (de 180 litros de capacidad), y pasa por una galería de la caña, así como por la exposición de una antigua y conservada locomotora del año 1902. El guía te explicará la importante historia de la bebida y el proceso de producción del ron, así como todos los detalles de la industria azucarera del país, que está plasmada en una maqueta a escala.

Aquí el visitante puede enamorarse de la cultura cubana en cuestiones de segundos y vivir el proceso de elaboración del ron, desde la caña de azúcar recién cortada hasta la producción en la fábrica; el funcionamiento de la destilería y los almacenes de envejecimiento.

Cómo se produce el ron más famoso del mundo, el Habana Club, y por qué los saberes de sus maestros roneros fueron reconocidos como Patrimonio de la Humandidad por la Unesco, son algunas de las preguntas a despejar durante el recorrido.

Otros valores añadidos de esta experiencia es el maridaje de toda la gama de rones de Habana Club, desde el añejo 3 años hasta el 15 años y la Selección de Maestros.

 

El inmueble se inauguró como complejo turístico-cultural en el año 2000, y ofrece un interesante recorrido en diversos idiomas. La ruta incluye una degustación final, pero el museo cuenta además con un bar-restaurante y una tienda especializada en los productos premium cubanos: café, tabaco y ron.

 

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