Especial TTC: El turismo internacional mira a las estrellas

Desierto en noche estrellada. Foto: Pexels/Walid Ahmad

Por: Frank Martín

A pesar de que observar las estrellas en las noches de buen tiempo suele percibirse como una práctica bucólica, el astro turismo está acabando con tales críticas. Dicha actividad está ingresando entre las modalidades más atractivas, especialmente en algunos lugares propicios.

Los especialistas usan el desierto de Atacama en Chile como un brillante ejemplo. Allí, en ciertas noches, las estrellas brindan un espectáculo majestuoso, silencioso y ciertamente luminoso.

En Atacama funciona un observatorio ubicado a casi 2.500 metros sobre el nivel del mar, que es el punto más impresionante para un hermoso espectáculo de estrellas.

Los recursos técnicos hacen de la experiencia un acto de magia. Desde el observatorio, con su potente telescopio, se pueden contemplar escenarios únicos como los anillos de Saturno y los cráteres de la Luna.

En el Caribe, existen islas con áreas lo suficientemente adecuadas para observar las estrellas, como la República Dominicana. Muy interesados en la modalidad están, entre otros países, Cuba, con lugares montañosos en su oriente capaces de atraer espectadores.

Por su parte, en Brasil, se está fundando toda una red de observación de estrellas que ya compite con otras modalidades. El gigante de América del Sur cuenta con numerosos lugares remotos donde los especialistas pueden incluso emprender investigaciones del cosmos sin salir del planeta Tierra.

Tal empresa comercial a Brasil le ha dado la fama de convertirse en un santuario para «astroturistas«. La industria turística brasileña asegura que es la contaminación lumínica de las ciudades lo que impulsa a los turistas a visitar lugares remotos de esa nación para observar las estrellas. La selva amazónica, los humedales del Pantanal y una larga costa del país sudamericano son regiones especiales.

Para aquellos que protegen el medio ambiente, la observación de estrellas tiene otras propiedades que vale la pena considerar.

Los estudios indican que estas luces excesivas en la noche para el descanso provocan un ambiente negativo que provoca inquietud en las personas e incluso influye en la naturaleza, cambiando los hábitos de las aves migratorias desorientadas.

Un punto que no se debe olvidar ante cualquier modalidad innovadora es el financiero. Los expertos en Internet aseguran que los amantes de las estrellas y su observación suelen tener un alto poder adquisitivo.

En un grupo estudiado en Brasil, el 29 % de estos turistas tenía una renta personal de entre 1.500 y 2.500 euros y el 20 % superaba los 3.500 euros al mes.

También se ha comprobado que el astro turismo se ha convertido en los últimos años en una modalidad de turismo sostenible de gran valor, según estudios en España.

“Es una actividad que se realiza sobre todo en municipios pequeños y poco poblados donde no hay desarrollo industrial. Son territorios que además tienen bajos niveles de contaminación lumínica y polución. Este aspecto es clave para la observación astronómica”, recuerda ese análisis.

Una organización de ese país llamada Fundación Starlight, dependiente del Instituto de Astrofísica de las Islas Canarias, ya ha creado un sistema de certificación, a través del cual se acreditan aquellos espacios que cuentan con una excelente calidad de cielo.

“Son escenarios que incorporan la observación del firmamento como parte de su patrimonio natural, paisajístico, cultural o científico y a su vez promueven el “Turismo de las Estrellas”. Este sistema se basa en los principios contenidos en la “Declaración sobre la Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas”, es una conclusión de la citada fundación.

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