Restaurante-bar La Terraza de Cojímar: un siglo de historia y buen sabor

Por Daily Pérez Guillén

“Todo en él era viejo, salvo sus ojos y estos tenían el color mismo del mar”, las palabras con las que el escritor norteamericano Ernest Hemingway describió al pescador Santiago, el protagonista de la más emblemática de sus obras, están impresas en la placa que recuerda desde este 20 de mayo el siglo de existencia del restaurante-bar La Terraza de Cojímar.

“Un siglo de tradición, cultura y pasión por la autenticidad del buen servicio. Este emblemático rincón, testigo silencioso de historias y leyendas ha sido más que un restaurante, un guardián de memorias, refugio de pescadores y escenario perenne del vínculo de Hemingway y Cuba”, precisó Lázaro Darién Casabella, director general de la Empresa Extrahotelera Palmares en las palabras de celebración. 

En el poblado costero de Cojímar, al este de La Habana, encontró el afamado escritor norteamericano inspiración para crear la más notable de sus novelas, “El viejo y el mar”. Aquí conoció a Gregorio Fuentes, patrón de la embarcación Pilar y a quien los recuerdos lo ubican también en este restaurante, que de fonda de pescadores devino con el tiempo un sitio especializado en comida marinera.

“Siendo Ernest Hemingway, un gran escritor, ganador del Premio Nobel de Literatura, fue una persona que se integró como uno más a todos esos pescadores dentro del pueblo de Cojímar. Hoy se reserva como una especie de homenaje esa mesa número 11 dentro de La Terraza”, precisó el joven historiador Daniel Alejandro Álvarez, y destacó el valor de este lugar no solo como espacio para degustar una buena comida, sino porque contiene parte de la historia de Cojímar.

Ernest Hemingway en La Terraza de Cojímar. Cortesía de Mabel Blanco.

A lo largo del tiempo, este ha sido uno de los escenarios para rememorar los años de vida del novelista en Cuba. Turistas de todas partes del mundo, entre ellos los conocidos “dobles de Hemingway”, han hecho de él, un punto obligado en sus rutas.

Por eso, el director de Palmares, resaltó que La Terraza tiende un puente entre el pasado y el presente y agradeció y reconoció “a todos los que han formado parte de la historia, a los visitantes que han convertido su presencia en un ritual, a los trabajadores que han defendido con dedicación su legado y al noble pueblo de Cojímar, que ha dado sentido a este lugar”.

En esta jornada fueron reconocidos trabajadores que a lo largo de las últimas décadas se desempeñaron aquí con excelencia para mantener la calidad y el legado de un sitio emblemático de la gastronomía en la capital de Cuba.

Con el color de los ojos de Santiago entrando por los ventanales, la calidez en el trato y el peculiar sabor a mar en sus platos, La Terraza de Cojímar comienza a vivir otra centuria. ¡Salud!, y celebramos con el cóctel “Don Gregorio” para seguir contando su historia.

 

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