Flores de la victoria en Tokio 2020. Foto: Cuenta de Twitter de los Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos que disfrutamos ya, al fin, después de una larga espera dilatada por la situación de pandemia realmente tienen muchas historias que contar. La posposición de la cita, solo ocurrida antes por causa de la Segunda Guerra Mundial, ha dado mucho de que hablar, y hoy se comenta desde el uso de camas de materiales reciclables, hasta la polémica entrega de condones cuyo uso no se recomienda… todo causado tal vez por el ansia de ver llegar de una vez un evento que el mundo entero, fatigado por los cambios difíciles de la pandemia, ha anhelado más de lo normal.

Y aunque es cierto que la falta de público en las canchas de estos juegos ha cambiado el panorama para los ansiosos de viajes y turismo deportivo, no se puede negar que Japón es una tierra tan llena de historia y cultura que aún sin graderíos llenos, estos juegos van anunciando numerosos detalles de buen gusto. Los espectaculares «ramos de la victoria» que se entregarán en esta edición en más de 5 mil —entre ganadores olímpicos y paralímpicos— han llamado la atención de muchos, y hoy te contamos por qué.

Los ramos de la victoria

Resulta que junto con las medallas que se entregan en los Juegos Olímpicos, los deportistas también reciben un arreglo de flores, conocidos como ramos de la victoria.

Sin embargo, a pesar de ser un gesto común a lo largo de la historia de los Juegos Olímpicos, Tokio 2020 será la primera vez desde Londres 2012 que una ciudad anfitriona usará específicamente ramos de la victoria, y tienen un gran significado.

Las flores a ser utilizadas en los ramos de Tokio 2020 crecen principalmente en las áreas afectadas por el Gran Terremoto del Este de Japón de 2011, y se espera que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos –el mayor evento deportivo del mundo- sean la oportunidad perfecta para promocionar su encanto ante una audiencia global, pero también la historia de resistencia que ellas encierran.

La mascota Olímpica Miraitowa, acompañará el arreglo que fue diseñado por el significado especial que representa para las zonas afectadas por el desastre natural.

Las flores que se utilizarán son eustomas y sellos de Salomón de Fukushima; girasoles de Miyagi; gentianas de Iwate y aspidistras de Tokio y tienen un significado.

Flores de esperanza de Fukushima

Fukushima creó una organización sin fines de lucro para cultivar flores, en un intento por alimentar la esperanza en la reconstrucción, después del terremoto.

En la prefectura de Miyagi, padres que perdieron a sus hijos durante desastre natural, regresaron a plantar flores en la colina en la que sus hijos buscaron refugio del tsunami y cada año la colina se llena de girasoles, creando un paisaje hermoso y conmovedor a la vez, con un profundo sentido para los locales, pero también con un símbolo de esperanza que se ha ligado a estas flores.

Con tal historia, para los japoneses, y ahora para todos los que lleguen a conocer la historia, estas flores serán no solo el reconocimiento al esfuerzo de un campeón olímpico, sino también un mensaje encendido de esperanza para un mundo que ha vivido una fuerte sacudida en medio de la apidemia por COVID-19. Sin dudas, la inspiración de resistencia que ya representa un atleta, se liga al sentido de lucha que estas flores implican en la tierra nipona.

Por su parte, la prefectura de Iwate es conocida por producir más de la mitad de gentianas que provienen, además, el color azul índigo es el mismo que el del emblema de los Juegos de Tokio 2020.

Los organizadores a no dudar han tenido un espectacular inspiración al lograr sintetizar en estos ramos el encanto local, las mascotas de los juegos y el conmovedor mensaje que encierran estas flores de la victoria para un mundo que agradece todo lo simbólico que el deporte representa, aún en los peores momentos.

Una llama que no se paga: el mundo contra la COVID-19

El encendido del pebetero olímpico es otro de los momentos de los Juegos Olímpicos que se roba todos los corazones. Cada edición, la lucha secreta de las ciudades sedes es superar la manera original en que se haya encendido en los juegos anteriores. Y esta vez Japón también ha sabido jugar el lado humano al poner entre los relevos de glorias deportivas locales a una doctora y un paciente, representando al personal sanitario que ha luchado contra la pandemia en todo el planeta.

A los veteranos deportistas se unieron en los metros finales del recorrido dentro del estadio la atleta paralímpica Wakako Tsuchida, el doctor Hiroki Ohashi y la enfermera Junko Kitagawa, enfermera, en un homenaje al personal sanitario que desde hace casi dos años se encuentra en primera línea de atención de la pandemia.

Ellos recibieron la llama del campeón de judo Tadahiro Nomura y la luchadora Saori Yoshida, ganadora de tres oros olímpicos (Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012), que desde la llegada de la llama en marzo de 2020 han promocionado el relevo.

Japón es tierra de peculiaridades e historia. Van de la mano tradiciones, dolores del pasado que han marcado su faz, como el desastre nuclear de Fukushima, pero también, la resiliencia de un pueblo que se empeña en mandar un mensaje de optimismo y lucha al mundo entero.

Que arda la llama de la esperanza en Tokio 2020, y que brillen las flores de la victoria, para recordarnos, que todo lo difícil pasará.

Ferromar

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