Especial TTC: El Parque Nacional Guanahacabibes, la naturaleza como protagonista

Por: José Luis Perelló

En el extremo más occidental de Cuba, donde el Caribe se topa con el Golfo de México, se encuentra un paraíso natural único, el “Parque Nacional Guanahacabibes”.

Guanahacabibes es la región constituida por las penínsulas de Corrientes y del Cabo de San Antonio, que se amplifica hasta el punto más occidental del territorio cubano, con una extensión de 1060 km², y distante a 210 km de las costas de la península mexicana de Yucatán. Hacia el suroeste la península de Corrientes y su hermosa ensenada del mismo nombre, albergan una flora y fauna marina extraordinaria.

Es oportuno tener en cuenta que dos de las cuatro primeras reservas naturales de Cuba: El Veral y Cabo Corrientes, fueron creadas en 1963 en la mencionada península, cuyos valores medioambientales ya habían sido puestos de manifiesto en 1959. Ambas reservas se encuentran incluidas dentro del Parque Nacional Guanahacabibes, que es la zona núcleo de la Reserva de Biosfera.

El parque – situado en la provincia de Pinar del Río- es un área protegida de 398.26 km², y su nombre proviene de los antiguos habitantes de la zona, los aborígenes Guanahatabeyes, haciendo un tributo al legado de una de las primeras culturas conocidas en Cuba, en donde se pueden encontrar numerosas evidencias arqueológicas de su presencia en el área.

Esta singular región también tiene una interesante historia colonial, y es hogar de dos antiguos faros: Cabo Corrientes y Cabo San Antonio, que son atractivos entre los visitantes.

Cincuenta y siete kilómetros de carretera, bordeando la costa sur de la península se llega al Faro Roncali, primera señal de ayuda a la navegación en las costas cubanas. Al final del camino, una torre de roca caliza de 24 metros de altura, señala el extremo más occidental de Pinar del Río y de Cuba, justo donde el navegante Sebastián de Ocampo demostrara a Cristóbal Colón que Cuba era isla y no continente. Desde el 15 de septiembre de 1850, el faro entró en funcionamiento.  Desde su cúpula, se observan cenagales cuajados de naturaleza exuberante, el bullente océano, las instalaciones de la estación meteorológica y otras dependencias de servicios, necesarias para la operatividad del faro.

Establecido como Parque Nacional y declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1987, su estatus le otorga protección para preservar los ecosistemas más importantes de Cuba. Con su diversidad de flora y fauna, así como su valiosa herencia cultural, esta reserva tiene un valor significativo tanto a nivel regional como global. Alberga varios ecosistemas intactos que son esenciales para el equilibrio del medio ambiente.

La vegetación de Guanahacabibes es rica y diversa, con más de 700 especies de flora, muchas de las cuales son endémicas. Los bosques del parque son particularmente importantes por su biodiversidad y su resistencia a los huracanes.

El parque es hogar de una amplia variedad de fauna, incluyendo varias especies endémicas y amenazadas, como el cocodrilo cubano y la cotorra cubana. Las costas de Guanahacabibes también son sitios de anidación para cuatro especies de tortugas marinas en peligro de extinción. La temporada de anidación, de abril a septiembre, proporciona una oportunidad única para los visitantes de ver este increíble fenómeno natural.

Guanahacabibes alberga una variedad de ecosistemas, incluyendo bosques de pinos y manglares, y una de las mayores barreras de coral del Caribe. Estos ecosistemas son vitales y proporcionan un hermoso escenario para los visitantes.  Las temperaturas varían entre un promedio de 21,5 °C como mínima y 29,3 °C como máxima, con una media anual de 25,3 °C. La precipitación anual promedio es de aproximadamente 1.333,7 mm y la humedad relativa alcanza un 81% en promedio. La mejor época para visitar es durante los meses más secos, de noviembre a abril, cuando las condiciones climáticas son más favorables.

En el parque se destacan las playas María La Gorda y El Valle que son refugios prístinos con aguas cristalinas y refugio de naturaleza excepcional. También la conocida Cueva de los Portales, con una especial historia se enclava en un lugar de gran belleza natural.

El parque ofrece una serie de senderos que se adentran en sus variados ecosistemas, brindando oportunidades para la observación de aves y la admiración de su biodiversidad única. Con su barrera de coral y aguas claras, Guanahacabibes es un destino popular para el buceo y el snorkeling. María La Gorda, en particular, es conocida por sus excelentes condiciones para el buceo.

La zona es el escenario de varios programas de conservación en curso para proteger y preservar su valioso ecosistema. Estos programas se centran en la protección de especies en peligro de extinción, la gestión sostenible de los recursos naturales y la educación ambiental para promover la conciencia y el respeto hacia el medio ambiente.

Se llevan a cabo investigaciones científicas para estudiar su biodiversidad, comprender los ecosistemas y desarrollar estrategias de conservación efectivas. Estas investigaciones han llevado a importantes descubrimientos y contribuyen al conocimiento científico sobre la región.

El Parque Nacional Guanahacabibes también participa en colaboraciones internacionales para la conservación y la gestión sostenible de los recursos naturales. Estas colaboraciones permiten el intercambio de conocimientos y experiencias con otras áreas protegidas del mundo, fomentando la conservación a nivel global y propiciando nuevos espacios para el desarrollo del turismo responsable de naturaleza y aventuras.